lunes, octubre 27, 2008

Fragmentos de mi Paraíso


Algunas veces fantaseo con la idea de mi Paraíso. Todas las imágenes tienen una asociación terrenal que, seguramente, es errónea, pero que es la idea que mi concepción humana quiere imaginar para perpetuar la existencia actual. En todas ellas hay varias constantes, cosas, personas, paisajes, etc que me gustaría encontrar allí, en ese lugar que se correspondería con mi Cielo. Entre ellas están mis preciosas y queridas gatas: las tres juntas, en armonía.

Entonces me doy cuenta de que esos instantes ya los tengo ahora, en mi presente, y éste es un pensamiento reconfortante. Porque hay pedazitos del Paraíso que están al alcance de mi mano para consolarme en estos días de apatía. Ojalá pudiera encontrar los suficientes.

viernes, octubre 03, 2008

Emil (Pongamos que hablo de París II)

Después del Kick-Off me relajé por completo (dentro de mi inconformismo) y me fui a pasear por la ciudad. Paris La Nuit. Menuda caminata me dí, total para que todas las fotos hayan salido movidas. Por la mañana, después del desayuno (mi sempiterno café con croissant) mi jefe decidió subir a su habitación a leer el correo atrasado. antes de salir hacia el aeropuerto. Yo decidí dar una vuelta por el barrio (Montparnasse) a ver si encontraba Macarrons para llevar algo de recuerdo a Madrid. Terminé en el cementerio de Montparnasse, que quedaba bastante cerca del hotel.

Mi familia tiene una extraña relación con los muertos. No sé si somos románticos o simplemente macabros. Mi humor negro tampoco tiene muchos adeptos (humor para inteligentes, que diría Suni), pero es una parte de mi personalidad. Sólo nos faltaría ser mediums para completar el nexo. Claro que yo una vez soñé que...bueno, es igual. El caso es que los cementerios nos atraen, por lo que pasear por el cementerio no me parece extraño. De hecho me parece un sitio tranquilo, apacible y hasta agradable, si uno lo mira con mente abierta.

No esperaba encontrar tumbas de gente famosa hasta que me tomé con la de Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Fue entonces cuando descubrí que el cementerio era un punto turístico. Es decir, que tampoco soy tan rara. (todo un consuelo). Y fui por un plano a la garita del guarda, el cual señalaba las tumbas de personajes famosos:Julio Cortázar, Charles de Baudelaire (ay, Suni, esas flores del mal), Marguerite Duras, Samuel Beckett, Henri Poincaré, y muchos otros.

Con tan solo una hora para hacer el recorrido, sabía que con suerte visitaría solamente unas pocas . Pero entonces un nombre llamó poderosamente mi atención: Emil Ciorán. ¿Mi Emil Ciorán? Inmediatamente quise vistar la tumba de aquél que me acompañó en mis horas más bajas del año 94, aquél ser con el que llegué a estar totalmente conectada. Pero no la encontré. Estaba de ser así, aunque me sentí un poco frustrada.

He vuelto a encontrar los libros y los textos de entonces:

"La soledad es insoportable, a solas conmigo mismo, a solas con mis pensamientos.
No sé como distraerlos, como atontarlos para que no me atormenten. Surge entonces la rabia ante la impotencia, y la agresividad es un pequeño paso que doy en ese estado.
Sentirse solo y estar solo no es lo mismo, pero en mi caso, sí, me siento solo aún cuando no estoy solo, pero lo siento mucho más cuando esa soledad es también física.
¿Soy demasiado consciente de la realidad, y los demás viven en un sueño de idiotas del que no quieren despertar (cosa que no les reprocho), o soy yo el estúpido que cree ver demasiado, sin ver nada?.
Sea cual sea la respuesta, puedo decir que nunca he pedido estar aquí y aún estando aquí, sólo pienso en cómo salir, sin hacer ruido, sin que se note mi ausencia, como si nunca hubiera estado. Y de esa manera, sentir la ilusión de no haber existido nunca."


Un escalofrío ha recorrido mi espalda: el abismo siempre está tan cerca...