Muchas mañanas hago una meditación en la que me conecto a la Tierra y al cielo, y después expando la luz que brilla desde mi corazón. En realidad intento expandir el toroide del corazón, desde mi habitación, hacia mi barrio, mi ciudad, mi país, mi continente, y mi planeta, para después volcarlo al resto del universo, y así fundirme con él.
Hoy me he visto suspendida en el espacio, contemplando las estrellas y las galaxias a mi alrededor, brillando en mi parcela del universo. No sólo era una vista bonita, me sentía también llena de paz. Se estaba tan bien flotando en el vacío que no deseaba regresar.
Allí arriba brillando, me he preguntado si desde otro mundo podrían ver mi luz, y pensar si yo soy una estrella. Quizás me hayan dado un nombre, y hasta intenten enfocar telescopios hacia mí, intentando comprender mi naturaleza. Quizás en otros mundos usan mi luz para orientarse en la oscuridad, y es mi luz la que los guía a casa. En otro mundo soy una constante relativa.
Y he recordado la canción de Rammstein, que es más tétrica de lo que este post refleja, pero que dice: "Ein heller scheint am Firmament: mein Herz brennt".
Allí arriba brillando, me he preguntado si desde otro mundo podrían ver mi luz, y pensar si yo soy una estrella. Quizás me hayan dado un nombre, y hasta intenten enfocar telescopios hacia mí, intentando comprender mi naturaleza. Quizás en otros mundos usan mi luz para orientarse en la oscuridad, y es mi luz la que los guía a casa. En otro mundo soy una constante relativa.
Y he recordado la canción de Rammstein, que es más tétrica de lo que este post refleja, pero que dice: "Ein heller scheint am Firmament: mein Herz brennt".
Al mismo tiempo me pregunto si todas las estrellas que vemos desde la Tierra son sólo bolas de hidrógeno y helio, o quizás también veamos la luz de otros seres cuyo campo brilla e ilumina la oscuridad.
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