Y después de tanto tiempo,
nos volvimos a ver.
Ya no éramos
los mismos;
éramos dos
extraños
con algo
en común:
un recuerdo;
una remembranza
que aún respira,
que aún vaga
como un fantasma
entre los escombros
de anhelos sumergidos.
Y nos volvimos a ver,
después de tanto tiempo,
quizás para saber,
que tuvimos nuestro momento,
un momento para el recuerdo.
(Rourke Boada)
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