Mi eneagrama ha resultado ser el 6: el que duda. Sí, esa soy yo. Y como dudo, jamás puedo decidirme rápidamente, e incluso cuando creo haber decidido, dudo. Vivo en la duda constante. Pero aquí estoy, con una responsabilidad que me obliga tomar decisiones todos los días. Y para ello lo único que puedo hacer es intentar no racionalizar las cosas, porque si lo hago estoy perdida: entraría en un bucle infinito, que solamente me desgastaría emocionalmente sin llevarme a nada concreto. Yo suelo decidir intuitivamente.
Otra cosa que no me gusta nada es la típica pregunta "¿Dónde te ves dentro de X años?". Pues no lo sé. No lo he sabido nunca. Nunca he tenido planes. Más bien me dejo llevar por la corriente de la vida. Seguramente podría haber conseguido algo mejor en la vida, pero si lo tienes una dirección, ¿cómo saber hacia dónde moverte? Tampoco me puedo quejar, no del todo al menos.
Y entonces me vienen con el tema de los planes de carrera y con la preguntita de marras: ¿dónde te ves en la empresa dentro de unos años? Siendo francos, me veo como estoy o en la calle. Ésta me parece la típica tontería de RRHH que sólo me hace perder el tiempo. ¿Posibilidad de carrera? Tremendamente difícil. Tampoco sé si quiero avanzar tanto. Me da un poco igual.
Pero ahora en el departamento hay cierta inestabilidad. Mi sector hermano está revolucionado con la reciente salida de su HoS, y con los cambios que se avecinan. Mi jefe ya ha avisado que a mi sector nos deja un poco de lado para poder ocuparse del otro. Es decir, más carga de decisión para mí, si cabe. Aunque en realidad no me siento libre para poder decidir sobre todo. Me siento como caminando entre dos tierras. Esto me causa bastante incertidumbre. Pero de alguna manera, capeo como puedo el temporal, siempre que tenga desconectada la parte mental. Afortunadamente tengo tanto trabajo, tantos temas que atender, que esta parte resulta más fácil de lo que parece. El trabajo como opio. Seguramente a nivel subconsciente me está dañando de verdad.
Sin embargo, en toda esta vorágine, de repente he tenido un instante de claridad mental. Si bien no sé lo que quiero, sí sé lo que no quiero. Y cuando algo no te gusta, es el momento de significarse y dar un paso adelante. Eso he hecho. Digamos que mi ventaja reside en haberme adelantado y en el desconcierto que reina. El resto está por ver. Parte depende de mí, parte no. Yo sólo puedo trabajar con mi parte. Aunque no sea suficiente, me da igual. Por primera vez, estoy satisfecha de haber sido más activa que reactiva, independientemente del resultado. También sé que un resultado positivo tampoco me va a complacer del todo.
"Un pequeño paso puede cambiar tu vida". Así se titula el libro que me espera para leer. Creo que tiene mucho que ver con esta circunstancia que estoy relatando.
Esto también me ha ayudado a ver lo desenfocadísima que estoy en todo en la vida. Se me desperdiga la energía y ciertamente no obtengo resultados en nada. En general es muy insatisfactorio. Creo que debería elegir cuatro cosas y dejar todo lo demás de lado. Debería ser más calculadora, más fría, más egoísta. Debería lobotomizarme. Debería convertirme en una isla. " The rock feels no pain, and the island never cries".
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