Me han ascendido. Ahora soy Head of Sector en
mi departamento. Por un lado, esto es motivo de satisfacción, porque es un
reconocimiento personal y porque me va a permitir hacer cosas nuevas. Por otro,
me va a permitir crecer mucho personalmente. El mundo está lleno de maestros, y
mis compañeros de trabajo van a ser “grandes” maestros. De hecho, la persona que resulte de esta nueva etapa será un poco también el producto de ellos (lo que yo les permita).
Con el nombramiento, el comportamiento de mis
compañeros de trabajo ha cambiado. No todos en la misma medida y forma, pero se nota a la
legua a quién le ha caído bien y a quién mal mi nombramiento. Da igual que
traten de aparentar, lo percibo igual.
Sabía que esto iba a pasar porque los
conozco. Sé de las aspiraciones de muchos, de sus reivindicaciones, de sus
filiaciones…pero no sabía que sería así. La vivencia más parecida que recuerdo
es por un tema de sueldos. Duele, relativamente. Mi parte géminis me ayuda
mucho a desdoblarme para mitigar ese rechazo.
En parte, reconozco que es normal
que pongan distancia: es la misma que pongo yo con mis jefes. De hecho, es la
misma que debería poner yo con ellos. Es la soledad del “poder”, supongo. Afortunadamente
aún quedan quienes mantienen su trato conmigo más inmutable. No son muchos,
pero me bastan.
Necesito un cambio de chip, pero va a tardar.
Esto no es como un interruptor que presionas y tienes luz. Ser jefe es un
proceso, un aprendizaje, y a mí me queda muuuucho camino por delante. El camino
da muchas vueltas y tiene muchos obstáculos (ya los estoy viendo ¿no?). Y lo
que hoy es arriba, mañana es abajo. Y lo que hoy es inclusivo, mañana es excluyente.
Espero no olvidarlo. Por mi bien.
2 comentarios:
Me alegro mucho: es más que merecido!
¡Gracias! tenemos que celebrarlo. Te invito a comer un día :-)
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