Desde hace meses oigo que mi casa respira. La siento especialmente en las habitaciones que dan al patio interior, el baño y la cocina principalmente. Quizás sea más notable en días nublados y lluviosos como el de hoy, como si sintiera cierta nostalgia. Alguno dirá que es el viento que se cuela por alguna rendija. Es bastante probable. Pero su sonido no es el aullido del viento, ni siquiera un silbido agudo, o el susurro de una brisa. Es claramente una inhalación profunda, seguida de una exhalación de igual intensidad, que se prolonga por minutos y luego desaparece. Me parece una respiración un poco rápida para mi gusto, aunque para nada ansiosa o agitada. Por eso no me asusta, no me siento amenazada. Y cuando la casa respira, me siento menos sola.
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