miércoles, julio 13, 2016

Un milagro para Luna


Shambala es una pequeña protectora de animales próxima a Manresa. Más bien es un santuario, una zona de refugio para animales que han sido rescatados o abandonados para que tengan una vida feliz el resto de sus días. La mayor parte de los habitantes de Shambala son gatos y perros, pero también hay un cerdito, y un humano. Javier, el humano, es la única persona que vive en el santuario, y se ocupa de todos los animales que allí habitan, así como del mantenimiento de las instalaciones.Además, de ayudar a los animales, el sueño de Javier también es ayudar a las personas que sufren problemas de discapacitación de cualquier tipo y de cualquier edad, para darles ilusión, para cuidarlos y para tratarlos con terapia asistencial con animales.

Como muchas otras (y son muchas), Shambala es una protectora pequeña y pobre, con poco alcance y escasa visibilidad. Apenas tiene socios que sufraguen los gastos derivados del santuario. El grueso de los ingresos procede de un dinero que recibe Javier por enfermedad, lo cual no llega para casi nada. Desde hace un tiempo tener un animal se ha convertido en un lujo: desde los precios de la comida de los animales, a los servicios veterinarios, pasando por el 21% de IVA que grava los mismos. A todo esto hay que sumar el coste de la luz, agua, y el alquiler de la cabaña donde se ubica el refugio.

Hace unos días, Luna, una perra emblemática para Shambala, cayó enferma. El disgusto de Javier y su preocupación eran más que sensibles. No sólo su querida Luna estaba grave, sino que la factura veterinaria ascendía a una cantidad que Javier no se podía permitir. De hecho, tuvo que utilizar el dinero del pienso de los animales para adelantar la factura. ¿Cómo iba a pagar aquello y además alimentar al resto de los shambaleños?

Escasos días después, Luna falleció. Sin embargo la factura se quedó intacta, esperando a ser cobrada. No critico a la clínica veterinaria, pues ellos dan sus servicios y cobran por ellos. Pero el precio de los servicios es infame. En general, no de ellos en particular. Y las facturas no entienden del sufrimiento y de la pérdida, sólo quieren ser satisfechas. Si acaso, la clínica puede aplazar la ejecución de la factura, negociar los pagos, pero poco más.

¿Podemos llegar a entender la desesperación de Javier? Yo sí. Y me dio tanta pena, que decidí pagar la factura íntegra. Es una pasta, pero sinceramente, me va a entrar la paga extra en breves y puedo permitirme hacerlo. Para mí sólo es dinero, y quizás renunciar a cuatro gilipolleces materiales que me compraría con ello. Pero para Javier es un milagro, algo que hará que no pierda la esperanza, y pueda seguir luchando por sus animales, y por qué no, por un mundo mejor.

Querida Luna, tú y yo no nos conocimos, pero me habría gustado. Todos dices que eras una perra genial. Ahora estarás con Chillón en un lugar mejor. A él tampoco lo conocí. Me habría gustado poder ayudarte más, pero no pudiste esperar. Tendría que ser así. Mi "milagro" para ti, será ahora para los shambaleños. Sé que esto sólo es tapar un parche, que pronto vendrán nuevas dificultades y problemas, pero al menos espero que represente una bocanada de oxígeno. Cuida de ellos desde tu nube. Yo haré lo que pueda desde aquí.

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