La primera vez que oí hablar a alguien de EFT
(Emotional Freedom Technique) fue a Ainoa. Hacía muchos años que no nos veíamos
y la puesta al día fue larga y exhaustiva. Ainoa había emprendido hace tiempo
atrás un camino espiritual muy profundo que la había llevado a experimentar con
diferentes técnicas y terapias de corte psicológico, alternativo y místico. De
todas ellas yo me quedé fundamentalmente con dos: registros akáshikos y EFT.
Decidí que haría ambos cursos. Tras varios intentos infructuosos con EFT1, por
fin este fin de semana, he podido hacerlo.
Han sido dos medio días intensos, en un lugar
mágico como la Gatoteca, lleno de gatos geniales (Mao, Antoine, Maia...), con una profesora como Raquel Rus, que me transmite
muy buenas vibraciones, con un grupo de personas bastante bien compenetrado, a
pesar de ser extraños, y con la presencia de una de las personas que mejor me
conoce en este mundo: Crisis.
EFT es una técnica basada en la acupuntura
que utiliza el tapping de dedos sobre ciertos puntos corporales para lograr una
liberación emocional. La técnica en sí es bastante sencilla y cualquiera puede
acceder a ella. Se trata de 14 puntos básicos sobre los que aplicar el tapping,
mientras se piensa en eliminar la emoción que nos causa malestar. EFT se aplica
tanto a malestar emocional, como a dolor físico, como a adicciones porque todo
se basa en que el origen de todo malestar es de carácter emocional, el cual
suele responder a una causa originada en la infancia.
Aunque la técnica es sencilla, la práctica no
lo es tanto. No lo es porque EFT intenta desmontar todas las capas de emoción o
aspectos que enmascaran uno sobre otro la emoción raíz que genera toda la angustia.
Es como ir limpiando una cebolla, aligerando el bulbo capa a capa. Lo normal es
ir tratando los diferentes aspectos hasta llegar a la raíz. Y ahí precisamente
está la dificultad. Llegar a la raíz cuesta. Enfrentarte a ella es más duro
aún. Eliminarla por completo aún me parece imposible (y aquí seguramente estoy
expresando lo que Raquel llama un reverso psicológico).
Cada uno tenemos un plan de paz personal a
trabajar. El mío tiene muchos aspectos como desconexión del mundo, miedo al
fracaso, desamparo, miedo a volar, comerme las uñas, frustración,
desesperanza,…Pero tengo la sensación de que todos tienen una raíz común que es
la desvalorización. Enfrentando la raíz, puedo eliminarlos todos de un plumazo.
Pero enfrentar la raíz requiere una honestidad brutal conmigo misma, un
ejercicio emocional desgarrador y luchar contra todos los reversos que van a
luchar contra el cambio. Puede ser terriblemente agotador.
Ayer sábado fui la primera en hacer la
práctica. Creo que tuve suerte porque no ahondamos demasiado. Las prácticas de
hoy han sido mucho más profundas. Y lo malo es que terminas viendo en los demás
aspectos que tú tienes en ti mismo, así que terminas conectando con ellos y
contigo, y acabas con un dolor de cabeza monumental que sólo se ha podido
solucionar con una siesta de tres horas. Eso sí, me he levantado con una
inusual sensación de ligereza emocional en el chakra 4 y con distancia frente
algunas cosas a las que suelo dar importancia. Un auténtico alivio. Es decir, EFT funciona.
Pero la práctica personal aún queda
pendiente. Tengo una resistencia terrible en mi interior. Espero ser lo
suficientemente valiente para poder pasar por ello y salir victoriosa. Casi me
da miedo decir que iré paso a paso, porque parece una actitud tibia en la
batalla. Debería decir que me voy a arrancar la raíz de cuajo, pero ya sabemos
que hay raíces que están profundamente arraigadas en la tierra y que pueden
romperse en el acto de tirar de ellas. Veremos en qué resulta.
Y mañana: taller de mindfulness.
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