Hoy he
ido a un restaurante a comer y el camarero me ha llamado “guapa”. También ha
usado las palabras “cariño” y “amor” para dirigirse a mí. No me he sentido
ofendida. No había nada sexual en ello, nada paternalista, ni condescendiente,
simplemente trataba de ser agradable. Pero me he acordado de la polémica
suscitada por el tema del #MeToo y de la respuesta de las actrices francesas al
respecto. Entonces me he preguntado: ¿debería haberme ofendido? ¿debería
haberle dicho al camarero que se refiriera a mí de otra manera? ¿estoy
traicionando a mi género? ¿Estoy haciendo un flaco favor a la causa feminista?
No sé.
No tengo ni idea. Entiendo que el uso de ciertas palabras puede ser ofensivo en
algunos casos, todo depende de con qué intención se diga y en qué contexto. Esa inteción se nota. Entiendo también que una chica pueda sentirse agobiada con una
atención excesiva sobre su persona, muchas veces siendo tratada como un simple
objeto y no como persona. Entiendo que esa chica pueda sentirse violentada y
desprotegida, y que además tenga que ver cómo nadie la ampara. Pero ¿no estamos
sacando un poco de quicio las cosas?
Pienso en que yo también llamo “guapo” a
alguno de mis conocidos, y no estoy intentando ligármelo, ni follármelo ni nada
por el estilo. Es verdad que tampoco es que sea excesiva en mis cumplidos, y
mucho menos babosa. Pero en todo caso, nadie diría que estoy tratando al chaval
como un objeto sexual. Tampoco cuando llamo “guapa” a mis conocidas.
¿Es
posible que viva tan inmersa en el heteropatriarcado que no sea capaz de
reconocer cuando están abusando de mí? ¿O estamos un poco desquiciados en lo
políticamente correcto?
1 comentario:
Hola,
En mi modesta opinión, lo políticamente correcto es el niño malcriado que se ha convertido en el acosador del colegio. Se mete en nuestra casa, nuestra mente y hasta nuestros recuerdos, y sin ningún miramiento, nos dice lo que debemos hacer y pensar. Nos hace sentir mal si no acatamos sus órdenes.
Es un fascista.
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