El amor está en los gestos, no tanto en las palabras. Las palabras son bonitas, agradables y necesarias, pero un "te quiero" debe ir refrendado de un gesto, si no, simplemente se queda en aire. De pequeña había dos dichos muy significativos al respecto: "Es muy fácil decir Te Quiero, pero quererte no", y "Te quiero mucho, perrito, pero pan poquito".
Y para gesto enorme el que se marcó ayer Cepeda en la gala de OT y luego en IG, declarándose en público a Aitana. Me he despertado con esto y me he quedado descolocada. Es patético vivir a través de las vidas ajenas, pero cuando la tuya, sobre todo la amorosa, es una mierda, las vidas maravillosas de los demás y sus acontecimientos cumbre te parecen lo máximo. A ratos me siento un poco como un fantasma, que están muertos y son testigos de lo que acontece a su alrededor, y para sentirse un poco más vivos se asoman a las vidas de otros para volver a sentir el calor de la vida.
Muchos dicen que el gesto de Cepeda es artificial, un intento de asentar su popularidad en torno a una "carpeta", pero no hay más que ver su cara en NPVST, para darse cuenta de que está enamorado. Para mí el gesto es real. Si tenemos en cuenta lo amplio de su audiencia y de que está realizado el día de San Valentín, realmente es un gesto colosal. Maticemos: el gesto es colosal, pero quizás es exagerado e incómodo. Me pongo en la piel de la chica y yo me moriría de vergüenza, y no solo porque mi novio esté conmigo en plató (viendo como otro me tira los trastos), sino precisamente porque hay demasiados testigos, me acaban de poner en el foco, y todo el mundo espera una reacción por mi parte. Quizás sea injusto para Aitana, dado que haga lo que haga va a molestar a un montón de gente. Pero también es una oportunidad para ella de definir lo que quiere.
Lo que no comparto es la opinión de que el gesto sea una falta de respeto por parte de Cepeda hacia Aitana y a su novio. No tiene que pedir permiso. Es una expresión de amor. Él lo sentía y lo ha expresado de esa manera. Es mejor expresarlo a que muera en su corazón, y luego lamentarse por no haberlo hecho. Además ha sido valiente. No es fácil realizar un gesto así delante de tantos ojos y tantas expectativas. Podría haberse inhibido y dejar estar las cosas, pero prefirió arriesgar. Quería algo, ha ido a por ello, ha hecho su parte: no se le puede pedir más. Quizás le salga mal (tiene pinta), pero al menos lo ha intentado. El amor es para los valientes. Ojalá también lo fuera la recompensa.
Gestos así son admirables, son los que alimentan los sueños románticos, pero no es necesario tanto ni tan público para demostrar amor. Los pequeños gestos cotidianos quizás sean más valiosos, aunque son tan menospreciados o dados por hecho: un buenos días, un cumplido, una sonrisa, una caricia, un abrazo (largo e intenso), un beso en la frente (o en la cabeza, o en la espalda), una mirada de complicidad, una mirada de admiración, una mirada llena de deseo, que te traigan tu postre favorito, una nota furtiva inesperada en el parabrisas del coche, una nota de amor en el móvil, un paseo cogidos de la mano, un masaje, una flor, ver juntos tu peli favorita (aunque sea un pastelón), poner tu canción favorita porque saben que te encanta (aunque sea de Death Metal y la melodía sea difícil de encontrar), que te frieguen los platos, que te tomen el pelo cariñosamente, que te inviten a un café, que sacrifiquen cinco minutos de su tiempo para dedicártelo, que escuchen tus problemas sin intentar darles solución y sin juzgarte, que te acompañen cuando te sientes triste o decaído (mejor aun si te permiten llorar y si te abrazan mientras tanto), que te acompañen en los acontecimientos importantes, que te inciten a hacer aquello que no te atreves, mostrar interés por lo que haces, tomarse un día libre y pasarlo juntos, tumbarse juntos en el sofá sin hacer nada, imaginar juntos el próximo viaje, revisitar los sitios importantes para la relación, etc, etc, etc.
Obviamente el amor no es para los perezosos, los veleidosos y los egoístas. Un gesto no solo implica la intención del otro, sino también el regalo de su tiempo, de su esfuerzo, y en definitiva, de parte de su vida.
Y para gesto enorme el que se marcó ayer Cepeda en la gala de OT y luego en IG, declarándose en público a Aitana. Me he despertado con esto y me he quedado descolocada. Es patético vivir a través de las vidas ajenas, pero cuando la tuya, sobre todo la amorosa, es una mierda, las vidas maravillosas de los demás y sus acontecimientos cumbre te parecen lo máximo. A ratos me siento un poco como un fantasma, que están muertos y son testigos de lo que acontece a su alrededor, y para sentirse un poco más vivos se asoman a las vidas de otros para volver a sentir el calor de la vida.
Muchos dicen que el gesto de Cepeda es artificial, un intento de asentar su popularidad en torno a una "carpeta", pero no hay más que ver su cara en NPVST, para darse cuenta de que está enamorado. Para mí el gesto es real. Si tenemos en cuenta lo amplio de su audiencia y de que está realizado el día de San Valentín, realmente es un gesto colosal. Maticemos: el gesto es colosal, pero quizás es exagerado e incómodo. Me pongo en la piel de la chica y yo me moriría de vergüenza, y no solo porque mi novio esté conmigo en plató (viendo como otro me tira los trastos), sino precisamente porque hay demasiados testigos, me acaban de poner en el foco, y todo el mundo espera una reacción por mi parte. Quizás sea injusto para Aitana, dado que haga lo que haga va a molestar a un montón de gente. Pero también es una oportunidad para ella de definir lo que quiere.
Lo que no comparto es la opinión de que el gesto sea una falta de respeto por parte de Cepeda hacia Aitana y a su novio. No tiene que pedir permiso. Es una expresión de amor. Él lo sentía y lo ha expresado de esa manera. Es mejor expresarlo a que muera en su corazón, y luego lamentarse por no haberlo hecho. Además ha sido valiente. No es fácil realizar un gesto así delante de tantos ojos y tantas expectativas. Podría haberse inhibido y dejar estar las cosas, pero prefirió arriesgar. Quería algo, ha ido a por ello, ha hecho su parte: no se le puede pedir más. Quizás le salga mal (tiene pinta), pero al menos lo ha intentado. El amor es para los valientes. Ojalá también lo fuera la recompensa.
Gestos así son admirables, son los que alimentan los sueños románticos, pero no es necesario tanto ni tan público para demostrar amor. Los pequeños gestos cotidianos quizás sean más valiosos, aunque son tan menospreciados o dados por hecho: un buenos días, un cumplido, una sonrisa, una caricia, un abrazo (largo e intenso), un beso en la frente (o en la cabeza, o en la espalda), una mirada de complicidad, una mirada de admiración, una mirada llena de deseo, que te traigan tu postre favorito, una nota furtiva inesperada en el parabrisas del coche, una nota de amor en el móvil, un paseo cogidos de la mano, un masaje, una flor, ver juntos tu peli favorita (aunque sea un pastelón), poner tu canción favorita porque saben que te encanta (aunque sea de Death Metal y la melodía sea difícil de encontrar), que te frieguen los platos, que te tomen el pelo cariñosamente, que te inviten a un café, que sacrifiquen cinco minutos de su tiempo para dedicártelo, que escuchen tus problemas sin intentar darles solución y sin juzgarte, que te acompañen cuando te sientes triste o decaído (mejor aun si te permiten llorar y si te abrazan mientras tanto), que te acompañen en los acontecimientos importantes, que te inciten a hacer aquello que no te atreves, mostrar interés por lo que haces, tomarse un día libre y pasarlo juntos, tumbarse juntos en el sofá sin hacer nada, imaginar juntos el próximo viaje, revisitar los sitios importantes para la relación, etc, etc, etc.
Obviamente el amor no es para los perezosos, los veleidosos y los egoístas. Un gesto no solo implica la intención del otro, sino también el regalo de su tiempo, de su esfuerzo, y en definitiva, de parte de su vida.
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