Tenía que pasar. Tanto tiempo volando y nunca me había quedado tirada en un aeropuerto. Hasta hoy: el vuelo de salida del aeropuerto de Ljubljana se ha retrasado y no he podido hacer la conexión. No solo yo, también mis compañeros de Atos y los de UVIGO, que venían en el mismo vuelo. No sabemos si los de KUL lo habrán conseguido, porque no los hemos vuelto a ver desde que decidieron intentar hacer su embarque con 8 minutos disponibles para cruzarse la terminal1 de Frankfurt. Y aquí estamos los seis, en un hotel en las proximidades del aeropuerto, haciendo noche para poder salir mañana hacia España.
El día ha sido un poco surrealista en general. Todo ha empezado con la nieve que ha empezado a caer desde primera hora de la mañana. La verdad que hacía muchísmo tiempo que no veía nevar de esta manera. Siguiendo la sugerencia del recepcionista del hotel, hemos llamado pronto al taxi para poder evitar problemas en la carretera al aeropuerto. Había mucha nieve acumulada y no dejaba de nevar, pero nada preveía problemas en el trayecto. Luego hemos sabido que la carretera entre Ljubjlana y Zagreb se había colapsado, como pasó recientemente en España. Se supone que estos están más acostumbrados a la nieve. Pero se ve que todos tenemos problemas.
Al llegar al aeropuerto nos hemos encontrado con la gente de UVIGO, KUL, Christian (IBM), Rafael (nuestro Project Officer) y Boris (uno de nuestros reviewers). Boris nos ha avisado desde un primer momento que había problemas en el aeropuerto de Ljubjlana y que los aviones se iban a retrasar. Efectivamente, uno a uno, los aviones han empezado a sufrir retrasos considerables. El nuestro también.
Nos hemos quedado en la cafetería del aeropuerto matando el tiempo hasta la hora del embarque con el Fly Radar, viendo a los aviones aproximándose online, y comentando la review. Poco a poco la cosa se iba poniendo peor. Nuestro mayor problema era el segundo vuelo. La conexión en Frankfurt a Madrid duraba escasamente una hora, e íbamos a llegar justos, teniendo en cuenta de que el avión llegaba a las puertas B y que de ahí teníamos que correr hasta una de las puertas A, en un aeropuerto gigantesco. Poco a poco hemos visto como el tiempo se reducía, y con ello nuestras esperanzas de llegar a Madrid.
Mientras estaba en el avión camino a Frankfurt, una idea ha cruzado mi mente: ¿y si todos hubiésemos creado un egregor? Esta mañana al ver la nieve todos hemos pensado que íbamos a tener problemas. Y así ha sido. La gente de FSCR ha perdido el tren de Venecia, Juan iba a perder el tren de Ginebra, los de UVIGO el vuelo a Oporto, y nosotros el de Madrid. Lo hemos manifestado juntos. Me parece muy sorprendente. Ya podríamos haber usado la psique para algo mejor.
Aunque podría haber sido peor: habernos quedado tirados en el aeropuerto de Ljubljana. Y solos. Ayuda mucho a tener a alguien al lado con quien pasar estos momentos. También hay que decir que la gente de Lufthansa se han portado fenomenal: nos han conseguido un vuelo nuevo, habitación en un hotel, cena y desayuno. El hotel parece un psiquiátrico, la comida parece de batalla, y el ascensor no tiene ninguna lógica, pero es mejor que nada.
El día ha sido un poco surrealista en general. Todo ha empezado con la nieve que ha empezado a caer desde primera hora de la mañana. La verdad que hacía muchísmo tiempo que no veía nevar de esta manera. Siguiendo la sugerencia del recepcionista del hotel, hemos llamado pronto al taxi para poder evitar problemas en la carretera al aeropuerto. Había mucha nieve acumulada y no dejaba de nevar, pero nada preveía problemas en el trayecto. Luego hemos sabido que la carretera entre Ljubjlana y Zagreb se había colapsado, como pasó recientemente en España. Se supone que estos están más acostumbrados a la nieve. Pero se ve que todos tenemos problemas.
Al llegar al aeropuerto nos hemos encontrado con la gente de UVIGO, KUL, Christian (IBM), Rafael (nuestro Project Officer) y Boris (uno de nuestros reviewers). Boris nos ha avisado desde un primer momento que había problemas en el aeropuerto de Ljubjlana y que los aviones se iban a retrasar. Efectivamente, uno a uno, los aviones han empezado a sufrir retrasos considerables. El nuestro también.
Nos hemos quedado en la cafetería del aeropuerto matando el tiempo hasta la hora del embarque con el Fly Radar, viendo a los aviones aproximándose online, y comentando la review. Poco a poco la cosa se iba poniendo peor. Nuestro mayor problema era el segundo vuelo. La conexión en Frankfurt a Madrid duraba escasamente una hora, e íbamos a llegar justos, teniendo en cuenta de que el avión llegaba a las puertas B y que de ahí teníamos que correr hasta una de las puertas A, en un aeropuerto gigantesco. Poco a poco hemos visto como el tiempo se reducía, y con ello nuestras esperanzas de llegar a Madrid.
Mientras estaba en el avión camino a Frankfurt, una idea ha cruzado mi mente: ¿y si todos hubiésemos creado un egregor? Esta mañana al ver la nieve todos hemos pensado que íbamos a tener problemas. Y así ha sido. La gente de FSCR ha perdido el tren de Venecia, Juan iba a perder el tren de Ginebra, los de UVIGO el vuelo a Oporto, y nosotros el de Madrid. Lo hemos manifestado juntos. Me parece muy sorprendente. Ya podríamos haber usado la psique para algo mejor.
Aunque podría haber sido peor: habernos quedado tirados en el aeropuerto de Ljubljana. Y solos. Ayuda mucho a tener a alguien al lado con quien pasar estos momentos. También hay que decir que la gente de Lufthansa se han portado fenomenal: nos han conseguido un vuelo nuevo, habitación en un hotel, cena y desayuno. El hotel parece un psiquiátrico, la comida parece de batalla, y el ascensor no tiene ninguna lógica, pero es mejor que nada.
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