Querida Reingard:
El viernes supe de tu muerte y realmente lo sentí.
Siempre es difícil aceptar la muerte de alguien que conoces, aunque no sea demasiado cercano.
No sabía que tenías cáncer. Ha tenido que ser duro enfrentarse a ello justo recién iniciada la jubilación. ¿Cuánto han sido? ¿3 años? Sé que la enseñanza era importante para ti, pero después de una vida dedicada a ella, había quedado desplazada por la pintura, tu segunda gran pasión. Justo ahora que tenías tiempo para tus cuadros, la enfermedad corta esa posibilidad de golpe. ¡Menuda mierda de vida!
Por mi parte sólo me queda agradecerte los años que compartimos, por haber contribuido a mi aprendizaje de tu lengua, por conseguir que el alemán sea mi idioma favorito.
Un beso
El viernes supe de tu muerte y realmente lo sentí.
Siempre es difícil aceptar la muerte de alguien que conoces, aunque no sea demasiado cercano.
No sabía que tenías cáncer. Ha tenido que ser duro enfrentarse a ello justo recién iniciada la jubilación. ¿Cuánto han sido? ¿3 años? Sé que la enseñanza era importante para ti, pero después de una vida dedicada a ella, había quedado desplazada por la pintura, tu segunda gran pasión. Justo ahora que tenías tiempo para tus cuadros, la enfermedad corta esa posibilidad de golpe. ¡Menuda mierda de vida!
Por mi parte sólo me queda agradecerte los años que compartimos, por haber contribuido a mi aprendizaje de tu lengua, por conseguir que el alemán sea mi idioma favorito.
Un beso