miércoles, febrero 15, 2012

La silla vacía



Lola y sus ejercicios. Hace unos días me propuso hacer este famoso (?) ejercicio para ayudarme a expresar mis emociones. Dejando a parte la vergüenza que supone hablar a una silla vacía, imaginando que la ocupa la persona a la que quieres dirigirte, y que alguien presencie el soliloquio, el ejercicio no sirvió tanto al propósito inicial, sino a darme cuenta de un hecho personal e interior: no es lo mismo expresar argumentos que expresar sentimientos. 

No es lo mismo decir: "soy una inútil" a "me siento inútil"; el regusto que deja en el cuerpo es muy diferente. En la primera frase la percepción resuena artificial, abstracta, de larga duración; la segunda es mucho más objetiva y esperanzadora. 

Más aún, parece que tiendo a etiquetar los sentimientos de manera errónea. Quizá porque no conozco sus nombres (o no quiero nombrarlos), al igual que no sabría desmenuzar los sabores y aromas de un vino. "Me siento mal" es una generalidad que engloba muchos sentimientos combinados. "Me siento decepcionada, frustrada, ninguneada, herida, vulnerable, expuesta, desestabilizada" es mucho más preciso e identifica más aquello que podría cambiar.

Un ejercicio muy revelador. Quizá ahora tocaría la segunda parte: sentar a las personas en la silla. Pero es algo para lo que no me siento preparada aún.  No sólo se trata de saltar con red, se trata de que no me parece bien soltar mi carga emocional sin miramientos. Un compañero de trabajo lo hizo una vez y fue muy desagradable porque me pilló desprevenida, porque el mensaje era indeseado y porque de algún modo me sentí responsable (sin serlo). No me parece bien hacer lo mismo. Pero mi empatía no me ayuda generalmente. Así que quizá debiera ser más egoísta y pensar en mi bienestar y en mi progreso personal.

miércoles, febrero 08, 2012

Recuerdos moldeables.

La semana pasada volvía a escuchar una preciosa canción de Guns & Roses del album "Lies".
Entonces recordé que una compañera del colegio me había hablado de ella por primera vez hace muchos años. No estoy segura de que conozca la canción gracias a ella, pero sí de que empezara a valorarla gracias a ella, debido a un comentario que hizo en su momento.

Por supuesto, cuando se lo mencioné, ella no recordaba nada.

Me resulta curioso e interesante cómo una simple frase puede influirnos tanto para hacer que nuestra atención se pose en ciertos aspectos que habíamos ignorado.

También es curioso cómo los instantes vividos son diferentes para cada persona que participó de ellos. En este caso, ambas vivimosla misma situación, pero claramente ese momento significó más para mí que para ella. Quizá hay un elemento (la canción) y el impacto del mismo que hace que yo sea capaz de evocarlo y ella no.

Incluso aun si ella lo hubiera recordado, su visión de aquél instante sería totalmente diferente, no sólo porque registramos una versión parcial de los acontecimientos, sino porque esa versión se va modificando en nuestra mente con el paso de los años.

Creo que incluso el cerebro es capaz de crear recuerdos autónomamente.
 
Así que lo que recordamos no es exacto, quizá tampoco real.

¿Importa mucho? Si es algo biológico, entiendo que no. Nuestro cuerpo funciona así por un motivo que aún desconocemos. Pero la Naturaleza es sabia. Deberíamos confiar en ella.

sábado, febrero 04, 2012

The runner's prayer


Dedicada a Crisis porque aun declarándose agnóstica, sigue creyendo en sus posibilidades.
Dedicada a Dave porque podría ser también la oración de los ciclistas.
La espiritualidad se puede encontrar en muchos sitios, incluso en los más insospechados. El cuerpo no está aislado del espíritu. El hombre es carne y es alma y tiene que satisfacer ambas naturalezas.



jueves, febrero 02, 2012

Dracula

Aun teniendo claro el argumento, no había querido leer demasiadas reseñas sobre la obra para no llenarme de prejuicios de otros. Pero es inevitable terminar encontrándote con alguna que te va desvelando detalles. Aún así la obra guardó sorpresas que ayudaron a que resultara entretenida, a pesar de mi cansancio. Para mi gusto, quizá hubo efectos sonoros de más que intentaban reforzar la atmósfera gótica de la obra. El problema es que el volumen no estaba equalizado.

El escenario me gustó mucho. Representaba el interior de la mansión de los Seward, con todo lujo de detalles, incluyendo una escalera de caracol y las ramas desnudas de los árboles del exterior.

El argumento coincidía bastante con la película, así que iba a gustarme. Quizás destacar las diferencias en ciertas relaciones de los personajes, como que Lucy fuera hija de Van Helsing, por ejemplo. Eso sí, el final me pareció un poco flojo, quizá precipitado. La escena final me sobra, sobre todo cuando transcurre al final de los aplausos.

Las interpretaciones bastante buenas, en especial la de Emilio Gutiérrez Caba haciendo del profesor Van Helsing, el protagonista de la obra. También me gustaron mucho César Sánchez como Arthur Seward y Mario Zorrilla como Rendfield, con el que me reí mucho.

La valoración global sobre la obra es bastante positiva. 
Una buena tarde-noche de miércoles. Un cambio en la semana.

miércoles, febrero 01, 2012

Cosas que damos por hecho

Damos muchas cosas por hecho:
- El sol saldrá cada mañana.
- La Tierra no dejará de rotar sobre su eje.
- La Luna siempre girará alrededor de la Tierra.
- La lluvia repetirá su ciclo.
- Las ballenas existirán siempre.

No es cierto. 
Pensamos de esta manera para simplificar nuestra vida, para no llenarla de preocupaciones adicionales a las operativas.
Está bien, supongo.

Cotidianamente también pecamos de esa indolencia. 
Pensamos que nuestros padres estarán siempre con nosotros, que nuestra juventud será eterna, que viviremos desahogadamente toda nuestra vida. 
Tampoco es cierto. Por eso no valoramos lo que tenemos hasta que es tarde.

Igualmente podemos aplicarlo a las personas.
Si das por hecho mi lealtad, mi entrega, mi esfuerzo, mi generosidad, mi minuciosidad, te equivocas.
Pero estás en tu derecho de no valorarlo.
Yo estoy en el mío de no ofrecerlo.