martes, enero 30, 2018

Rosario

Rosario era la segunda de las hermanas Contreras, la tercera de los 8 hermanos. Hoy ha fallecido a los 96 años de edad. Casi tan longeva como su hermana. Es curioso cuando las muertes de dos conocidos se producen tan próximamente. Yo no lo interpreto como una casualidad. Más bien suelo pensar que ambos sucesos están relacionados, aunque no de una forma evidente.

Rosario era "la solterona" de los hermanos. Creo recordar que decían que tuvo un novio, pero no llegó a prosperar. Se quedó al servicio de su hermano pequeño, el patriarca de la familia. Primero en el bar que regentaban, luego en la casa cuando él enviudó, quedando al cargo de su sobrino pequeño. Pero cuando se fue haciendo mayor y el Alzheimer entró en su vida, la llevaron a una residencia por la provincia de Toledo, y allí la dejaron. Es cierto que la visitaban de vez en cuando, pero es lo que pasa siempre: las visitas se van espaciando hasta hacerse esporádicas, y de ahí a reducirse a la nada. Supongo que en su estado, tampoco lo apreciaría mucho. Pero me causa tristeza porque en cierta forma me veo reflejada: la solterona a la que todo el mundo abandonará. Bueno, a la que todo el mundo ha abandonado ya.

No tengo excesivos recuerdos de mi tía Rosario. Cuanto más trato tuve con ella, yo era muy pequeña. De mayor apenas la vi, mucho menos desde que la ingresaron en la residencia. Pero tengo un recuerdo muy bonito con ella, de cuando operaron a mi abuelo del corazón. Crisis y yo no podíamos subir a la habitación a ver a mi abuelo porque éramos muy pequeñas, así que ella se quedaba cuidando de nosotras hasta que mis padres salían del hospital. Recuerdo que nos llevaba a un parque cercano a jugar, y que nos compraba galletas en la cafetería del hospital. Creo que también era un eneatipo 2, siempre al servicio de los demás. Sólo es una intuición.

Mañana la entierran y no podré asistir. Me habría gustado ir. A pesar de no tener ese trato, guardo cierto cariño por ella. Bueno, cuando acuda al cementerio le llevaré flores también. Lo bueno de este asunto es que su muerte va a permitir que mi abuela descanse junto a mi abuelo, que es lo que yo quería. Ya están todos juntos.

lunes, enero 29, 2018

La gorriona y yo


Desde que José se marchó, como sola. Podría ir con cualquiera de los grupos de ARI, pero prefiero irme sola. No soy tampoco la mejor compañía, y no sé si tengo ganas de mucho small talk con ciertas personas.
He bajado al bosque de abedules, aprovechando que tenía una comida apta para un pseudo-picnic: empanada. Es un sitio para comer en invierno porque el calor se reconcentra y te puedes cocer vivo. Hoy ha hecho mucho calor.
Mientras estaba descansando ha aparecido una gorriona. A los gorriones los llamo “el equipo de limpieza”, porque limpian mucho de lo que los humanos dejamos. Hay otros animales también que forman parte del equipo, aunque a mí me gustan los gorriones. Cada lunes llevo alpiste para alimentar a las colonias próximas al trabajo. Es mi pequeño gesto para luchar contra la desaparición de los gorriones urbanos. Hoy no ha sido excepción, pero está claro que con la cantidad que suministro no da para cubrir las necesidades de todos. Desafortunadamente, los restos de la empanada no han servido para mucho.
Aun así, la gorriona se ha acercado lo suficiente a mí. No quería ser mi amiga, solamente alimentarse. No creo que sean muy empáticos, pero sí son bonitos, graciosos incluso. Lástima que estén en decadencia y un día terminen por desaparecer. Con ella he estado entretenida un rato, simplemente mirándola pasear a mi alrededor en busca de comida, observando la vida cotidiana de un gorrión.
Y así ha pasado un rato.

Un día tres otoños

Yí rì sān qiū. Un día, tres otoños. Los chinos usan esta frase cuando echan mucho de menos a alguien (o cuando la pena invade). Un día se siente como si fueran tres otoños. El otoño, la estación de la melancolía. Curiosamente es mi estación favorita, aunque sea en preparación del invierno, que es el negro total, la muerte.
Tres otoños seguidos es mucho tiempo, pero no sé si se refiere a tres otoños de sufrimiento, o tres otoños menos de vida. Son muchos días echando de menos, no sé si tendré tantos años en mi cuenta. Tampoco todos los otoños son iguales. Los hay más húmedos y fríos que otros. “Lo que mata es la humedad”, que decían en “Andrea Celeste”.
Lo echo de menos, irremediablemente. Echo de menos sus ojos, su sonrisa, su abrazo. Duele, y el corazón se inunda de lágrimas. El trabajo me anestesia y me da treguas. También me dedico a actividades estúpidas que me mantengan ocupada. Ayer, por ejemplo, me fui a un taller de Lush, que me puso a tierra. Toco tierra siempre que mis manos se embadurnan y se ensucian. Amasando la mascarilla, por ejemplo. Siempre ayuda tocar tierra, me descarga.
A veces siento el impulso de escribirle, o caigo en la trampa de pensar si él me echará de menos a mí, pero luego recuerdo lo poco que he significado, y vuelve el viento frío arremolinando las hojas amarillas. Me acurruco otra vez en mi interior en busca de un consuelo que no encuentro en el exterior.
Esto va a llevar tiempo. A veces nos empeñamos en querer salir muy deprisa de una situación porque nos resulta dolorosa, pero es necesario comprender y aprender la lección que esta situación contiene. Además todos tenemos un ritmo, y yo suelo ser lenta. Por tanto mi otoño será largo, aunque Imbolc anuncie ya la primavera.

Te extraño más allá de mi
propio entendimiento,
mi corazón que padece tu ausencia,
como si fuera de luto.
Mi mente juega conmigo,
creando abismos en mi lógica,
tu lejanía en mí es una tortura
que provoca una tristeza profunda
y devastadora…
Porque un día de tu ausencia
se siente como tres otoños.

sábado, enero 27, 2018

La chica del tren


Podría haber sido "El corredor del laberinto (II)", pero después de una semana de bastante tensión emocional, y la clase de metamórfico de esta mañana, que ha sido intensa, mi cuerpo no tenía gana alguna de ir al cine. Eso sí, mi cuerpo y yo hemos tenido que salir al videoclub a buscar una película. Y de paso comernos una deliciosa bayonesa en Cala Millor.

He escogido "La chica del tren" de la sección de suspense. Me sorprende cómo catalogan a veces las películas. Es una película que quise ver en su momento, pero que dejé pasar. No he leído el libro, pero me encanta Emily Blunt. Me parece una gran actriz. Es el tipo de actrices que sin ser bellezones, tienen algo que deslumbra. Se come cada fotograma donde aparece.

Emily Blunt interpreta a Rachel, divorciada de Tom y alcohólica. Su vida se desperdicia a diario en un tren, desde donde pude observar su antiguo barrio y las vidas de sus vecinos. En particular, Rachel está fascinada con Megan, la mujer perfecta con la vida perfecta imaginada en la mente de Rachel.

A su vez, Megan es la niñera de la hija de Tom y Anna, la nueva esposa de Tom. Anna se siente amenazada por el acoso de Rachel, quien parece no haber superado que Tom la dejara por ella y formasen la familia que Rachel siempre quiso tener.

Megan desaparece un día y Rachel se ve involucrada en la investigación. De hecho, pasa a ser una de las sospechosas del caso, ya que no es capaz de recordar algunas horas del día de la desaparición. Ese día, Rachel se había bajado del tren al ver a Megan con otro hombre en la terraza de su casa, creyendo que estaba echando a perder su vida perfecta. Pero borracha como iba, no recordaba sus acciones desde que bajara del tren.

Rachel empieza a relacionarse con Scott, el marido de Megan y sospechoso principal de la investigación, y con el Dr. Abdic, el psiquiatra de Megan, con quien Rachel suponía que tenía la aventura. Rachel se hace pasar por una paciente, y empieza una terapia con el Dr. Abdic para dejar de beber. Una vez que la terapia empieza a hacer efecto, Rachel comienza a recuperar su vida y su memoria. Entonces se da cuenta de que Tom ha estado maltratándola sistemáticamente y haciéndole creer episodios que nunca sucedieron.

Por su parte, Anna empieza a investigar a su marido y termina encontrando un teléfono con el número de Megan. Descubre entonces que su marido la engañaba con Megan, y que el supuesto acoso telefónico de Rachel, en realidad estaba relacionado con Megan.

Rachel descubre que Tom es el asesino de Megan. Megan se había quedado embarazada y Tom no había querido afrontar la situación. Rachel acude a casa de Anna para ponerla en situación, pero Tom aparece y se pone agresivo. Finalmente Rachel mata a Tom en defensa propia. Anna respaldará a Rachel ante la policía.

Con la muerte Tom, Rachel recupera su vida y sigue adelante.


jueves, enero 25, 2018

Piropos

Hoy he ido a un restaurante a comer y el camarero me ha llamado “guapa”. También ha usado las palabras “cariño” y “amor” para dirigirse a mí. No me he sentido ofendida. No había nada sexual en ello, nada paternalista, ni condescendiente, simplemente trataba de ser agradable. Pero me he acordado de la polémica suscitada por el tema del #MeToo y de la respuesta de las actrices francesas al respecto. Entonces me he preguntado: ¿debería haberme ofendido? ¿debería haberle dicho al camarero que se refiriera a mí de otra manera? ¿estoy traicionando a mi género? ¿Estoy haciendo un flaco favor a la causa feminista?

No sé. No tengo ni idea. Entiendo que el uso de ciertas palabras puede ser ofensivo en algunos casos, todo depende de con qué intención se diga y en qué contexto. Esa inteción se nota. Entiendo también que una chica pueda sentirse agobiada con una atención excesiva sobre su persona, muchas veces siendo tratada como un simple objeto y no como persona. Entiendo que esa chica pueda sentirse violentada y desprotegida, y que además tenga que ver cómo nadie la ampara. Pero ¿no estamos sacando un poco de quicio las cosas? 

Pienso en que yo también llamo “guapo” a alguno de mis conocidos, y no estoy intentando ligármelo, ni follármelo ni nada por el estilo. Es verdad que tampoco es que sea excesiva en mis cumplidos, y mucho menos babosa. Pero en todo caso, nadie diría que estoy tratando al chaval como un objeto sexual. Tampoco cuando llamo “guapa” a mis conocidas.


¿Es posible que viva tan inmersa en el heteropatriarcado que no sea capaz de reconocer cuando están abusando de mí? ¿O estamos un poco desquiciados en lo políticamente correcto?

martes, enero 23, 2018

Lista de atributos

Gorda
Cuerpoescombro
Vacaburra
Fea
Asquerosa
Grimosa
Repelente
Simple
Idiota
Estúpida
Necia
Ignorante
Cenutria
Inculta
Ingenua
Crédula
Boba
Bobalicona
Loca
Rara
Vaga
Vieja
Infantil
Inútil
Inservible
Incompetente
Inepta
Baldía
Yerma
Baldía
Nula
Torpe
Negada
Insignificante
Insoportable
Luctuosa
Fantasiosa
Insegura
Sosa
Insulsa
Aburrida
Anodina
Puta
Arrastrada
Zarrapastrosa
Zafia
Invisible
Insuficiente
Débil
Patética

Y seguramente haya más...

domingo, enero 21, 2018

Registros Akáshikos III

A la tercera va la vencida. Por fin el curso de Registros Akáshikos que esperaba. Pero no es tan sorprendente cuando la maestra es Gema Monroy, una persona maravillosa y especial. Ya cuando la conocí me pareció un alma preciosa por su alegría y su espíritu infantil. Hoy además la he conectado con la diosa; en ella se reúnen la alegría niña, el amor de la madre y la sabiduría de la anciana. Y todo con un cariño, y una humildad enormes. Es un regalo poder conocer a gente con tanta luz.

El curso que esperaba por muchos motivos. El primero es que por fin alguien me explica bien en qué consisten los registros, paso a paso. No había sido mi experiencia hasta entonces. Mi primer curso fue en remoto y tuve que leerme el tutorial por mí misma. Allí se hablaba de cosas como los rayos, los elohims y los maestros ascendidos, que aún no he conseguido conocer (algún día). Mi segundo curso, a pesar de ser presencial, apenas mejoró. Creo que solamente me sirvió para conocer a Gema. Ahora en el tercer curso, es Gema quien hace un manual mucho más ligero, explicado con palabras más sencillas y llanas, mucho más accesible para todos.

El segundo motivo es que en el curso hemos conectado los registros con otros conocimientos metafísicos: el origen de las almas, las vidas anteriores, los pactos álmicos, los seres de luz, los ángeles, el propósito de vida...Es como ir completando poco a poco un enorme puzzle del que vas recibiendo las piezas inconexas por caminos diferentes.

El tercer motivo es que he podido canalizar información. Tenía miedo de que estuviese completamente negada para esto, por mucho que Gema me dijese que todo el mundo está capacitado. Temía que mi bloqueo interior afectase también a esto. Pero he llegado al curso sin muchas expectativas, sin ponerme demasiada presión, y lo más importante: sin dudar. He canalizado y lo he hecho con facilidad, y esto me pone contenta. Y no sé por qué dudaba, ya que yo he canalizado anteriormente. Canalizo cada vez que me llegan mis intuiciones, cada vez que tengo mis sueños premonitorios, cada vez que reconozco las señales que hay para mí, cuando veo un abejorro y reconozco el espíritu de mi bisabuela. ¿Por qué dudar de que no podría hacer esto?

También creo haber averiguado cómo canalizo. Siendo visual, habría esperado recibir la información en forma de imágenes. Algunas veces me llegan (en el masaje metamórfico suele ser así), pero no es lo habitual. También he tenido algún episodio de clariaudiencia. Pero lo mío es saber. En inglés se llama "claircognizance": me llega la información y simplemente sé. Se parece a los sonidos, pero es más una sensación unida a un conocimiento. No se me ocurre una manera mejor para describirlo, aunque no es precisa.

La información que he recibido hoy es que tengo que divertirme más y que debo darme más cosas a mí misma. No ha llegado tan directamente. La diversión tiene que ver con la pregunta sobre el color que más necesitaba en este momento (el amarillo). Darme más cosas tiene que ver con el animal que más necesitaba en este momento (la vaca).
También he preguntado por las relaciones kármicas con mi madre. Aunque ha sido la respuesta menos clara, lo que me ha llegado es que ambas fuimos hermanas en otra vida. Ella fue mi hermana mayor. Ahora tendría que hacer más preguntas al respecto para poder saber más.
Había otras preguntas, pero no me apetece compartir las respuestas. En realidad las de arriba son las que más me han impactado porque son las que puedo decir que ciertamente son respuestas donde la mente no se ha metido.

El curso ha tenido muchos pequeños detalles que sólo salen de la creatividad y el amor de Gema: la iniciación con agua del valle del Jordán, las tarjetas oráculo, el citrino, o la llama de Avalón. Éste ha sido un regalo muy especial. Gema había traído una vela encendida con la llama de Avalon, y cada uno hemos encendido una vela de té para poder llevarnos la energía a nuestra casa. Ahora tengo el espíritu de Avalon en mi casa, y me encanta. Sé que un día iré a Avalon. Estoy esperando que salgan las fechas que me cuadren. Ojalá este año. Mucha de la gente que acude allí va por María Magdalena. Yo iría por Morgana, con la que siento un vínculo desde hace años. De momento me contento con mi vela, y con las velas que saldrán de esta.

He llegado un tanto mustia al curso, pero me marcho con ilusión y confianza.

El luto silencioso

El luto silencioso es levantarte por la mañana sin ilusión ni esperanza, e intentar fingir normalidad.

El luto silencioso es tratar de pasar desapercibida para que nadie te pregunte por tus ojeras, tus ojos rojos, y el brote de tus labios que grita por ti lo que tú callas.

El luto silencioso es tratar de anestesiar el dolor con todo lo que está a tu alcance: trabajo, comida, música, películas, libros, dormir.

El luto silencioso son las lágrimas que corren por la cara al llegar a casa, cuando te despojas de la máscara y la coraza. Las lágrimas en el coche de vuelta a casa. Las lágrimas furtivas e inesperadas en el restaurante mientras cenas.

El luto silencioso son los sollozos y los quejidos amortiguados en la almohada.

El luto silencioso es el dolor y la tristeza instalados en el pecho, tan agudo que a veces crees que te va a partir en dos.

El luto silencioso es la tortura que responde a las preguntas esenciales que rondan tu cabeza incesantemente:

1. Qué tan mal hiciste para perder lo que más querías? Cómo pudiste ser tan torpe y estúpida?

2. Qué tan malo hay en ti para perder lo que más querías?
Repasas los momentos y sientes que diste mucho, pero nada fue apreciado: tu amor, tus caricias, tus actos, tus gestos, tus regalos, tus consejos, tu visión del mundo, tu confianza, tu presencia, tu alma, tu corazón, tus sueños... Nada de eso sirvió. Nada fue suficiente. Pero no tenías más para dar. Y no fue suficiente. No fuiste suficiente. No tienes suficiente valía.

El luto silencioso es es desdoblamiento interno de tu persona. Una parte te apremia a ser fuerte e intentar dejar todo atrás lo antes posible. Otra parte siente que la herida es muy profunda y que necesita demorarse más para poder sanarla, si es que llega a cerrar algún día. Una parte quiete quemar puentes y blindar el corazón frente a todo sentimiento. La otra está ocupada en coser los pedazos rotos. La otra se siente cansada y derrotada.

sábado, enero 20, 2018

Mazinger Z Infinity


Esta tarde he ido a matar tiempo al cine. Afortunadamente había una película perfecta: Mazinger Z Infinity. La tenía en mi lista, aunque con reservas: tenía miedo de que pudiera ser una mierda. Recordaba la serie de cuando era pequeña, y entonces me encantaba, como otras series que me desencantaron cuando volví a verlas. Recordaba más el sentimiento que la serie en sí, de la cual tengo fragmentos dispersos. Y también recordaba los comics que alquilaba en la biblioteca del colegio.

Comienza la película y suena la banda sonora en japonés. Joder, yo me sé la canción en español. Pero escucharla me anima. Y empieza la acción.

Con las pelis de anime en general me suele pasar que me falla la línea argumental, como si le faltase una pequeña vuelta para ser redonda. Aun así, la película me resulta entretenida. Muchas peleas de robots gigantes, Mazinger contra todos, Mazinger defendiendo el mundo frente a un Dr Infierno que ya no quiere conquistar el mundo, sino sustituirlo por uno de los mundos paralelos posibles. Para ello el Dr. Infierno tiene que iniciar un proceso llamado "Goramon" con un mega Mazinger llamado Infinity que utiliza la energía fotónica para activar cualquiera de los mundos posibles.

Los personajes principales han madurado y tienen nuevas vidas y carreras. Koji tiene un pequeño complejo de Peter Pan, y Sayaka antepone el bien de la humanidad a su felicidad. Pero el devenir de los acontecimientos les ayuda a entender la realidad de su relación y ajustar sus puntos de vista. Ni él es tan machista como lo recordaba, ni ella tan caprichosa. Y gráficamente han mejorado sustancialmente.

También hay algún toque de humor, a cargo de Boss y sus colegas con el Bossrobot, el profesor Mori Mori, el profesor Nossori, y las chicas Mazinger.

Pues un ratito entretenido.

viernes, enero 19, 2018

Fábulas (Jean de la Fontaine)


Mi padre me preguntó si quería algo de mi abuela, y salté como un resorte: el libro de fábulas de la Fontaine. Es un libro muy especial para mí. Era mi libro favorito cuando iba a casa de mis abuelos. Solía ir allí, sacar el libro de la estantería, y empezar a leer aleatoriamente las fábulas escritas. Me gustaba porque eran relatos cortitos y amenos. La moraleja era lo de menos, si es que llegué a procesarla alguna vez. Mis favoritas eran las fábulas donde mencionaban a los dioses greco-romanos. Así entré en contacto con la mitología.

Ahora cojo el libro en mis manos como un tesoro (mi tesssoro). La cubierta está un poco deteriorada, pero el interior está perfectamente conservado, lo cual es un triunfo,considerando que está editado en 1946. Mantiene el olor que yo recordaba y que me transporta a mi infancia. Hacía mucho que no lo abría. Tiene tantas fábulas. De hecho está divivido en doce libros con un número variable de fábulas por cada uno. Recuerdo muy pocas, la verdad. Por eso, el libro y yo vamos a tener un reencuentro, como el de dos viejos amigos. No sé si seguirá teniendo la misma magia que entonces. Lo cierto es que como adulta veré otras cosas que no veía de pequeña, especialmente el estilo de escritura, y aspectos culturales de la época que posiblemente ya no apliquen. A pesar de todo, me ilusiona.

jueves, enero 18, 2018

Misión de vida


Durante mucho tiempo he querido golpear un saco de boxeo, pero no como se atiza furtivamente a los sacos del Decathlon. Quería sacudirlo con todas mis ganas y energías. Y más hoy. Hace unos años me compré un saco hinchable para casa, pero las gatas lo desinflaron y quedó inservible. Me había quedado con la espinita clavada. Hace unas semanas aparecía la publicidad de un nuevo gimnasio en el barrio de fitboxing con una clase de prueba. Hoy he ido a tomar mi clase.

La publicidad hablaba de un entrenamiento de alta intensidad, basado en el boxeo, el kickboxing y el entrenamiento funcional, capaz de quemar 1000 calorías por clase. Eso me pareció una barbaridad. Tenía en mi cabeza el dato de que en combat se queman 600 calorías, así que la diferencia es una clase extra de baile. Me parecía demasiado. Se me ha olvidado ponerme el reloj para medir el entrenamiento, pero la verdad es que es una clase agotadora.  Diría que incluso más intensa que las clases de Juan de los martes, que es bastante cañero. También hay que decir que no estoy en mi mejor momento de forma, que estoy con la regla, y que llevo toda la semana sin pisar el gimnasio por culpa del resfriado. He aguantado la clase bastante bien, considerando las circunstancias.

La clase estaba llena, casi todo chicos jóvenes de dudosa técnica. En comparación soy Ronda Rousey. Ése es el nivel.

Y sí, he pegado al saco. Con guantes de boxeo. Y ha sido muy raro. Estoy acostumbrada a pegar al aire en clase de combat, no tengo ninguna referencia. Con el saco los golpes son más cortos, y los movimientos se hacen raros hasta que consigues adaptarlos. Por supuesto, también está la fuerza de reacción que ejerce el saco al golpe, que resulta mucho más intenso que la resistencia del aire. Cuando llevas unos golpes, estás agotado. A esto hay que sumarle fondos, abdominales, burpees...No sé, mañana voy a tener agujetas. Lo que no sé es por qué solamente hemos trabajado un lado del cuerpo, se me hace raro porque en combat se trabajan los dos lados.

He golpeado con ganas, como si quisiera vomitar mi frustración, mi tristeza, mi desvalorización, mi impotencia. No sé si me he vacíado, pero me he quedado bien. Ojalá hubiese visualizado, pero estaba más presente en la clase que en mis pensamientos obsesivos.

La sorpresa de la sesión ha sido descubrir que el entrenador era un antiguo compañero de colegio. ¿Cuántos años hacía que no nos veíamos? Tantos. Me ha reconocido él a mí. La mente me ha devuelto una imagen de ambos en el patio del colegio organizando un teatrillo basado en la película "Rocky IV". Recuerdo que estaba muy flipado con aquello. Tanto que empezó a hacer boxeo y kickboxing a los 15 años. Luego se hizo profesional hasta que se lesionó la rodilla. Luego pasó a ser promotor. Ahora está metido con esta franquicia. Se le ve contento. Lo que hacen las endorfinas.

Realmente me da envidia esta gente que sabían de pequeños lo que les gustaba y que han hecho de ello una misión de vida. Yo sigo buscando la mía, y a este paso me moriré buscando. He pensado en las cosas que solían gustarme: diseñar vestidos, dibujar mi casa ideal, escribir, leer...¿Dónde quedó todo aquello? En el pasado, como tantas cosas. A veces echo de menos a aquella niña.

Cinco embriones


Cinco embriones surgieron del proceso y ninguno de ellos prosperó.

El primero fue el más traumático, el que la enfrentaría al futuro, la incertidumbre, sus creencias limitantes, su moral, su confianza en sí misma y en su capacidad. Dio mucho miedo y fue en sí mismo un ejercicio de autoconocimiento brutal.
Aun siendo el más prometedor, de alguna forma, este embrión estaba destinado a fracasar por toda la presión que se le vino encima. Además, ella aún soñaba con bebés de pelo castaño y ojos verdes.
Ella supo exactamente cuándo el embrión abandonó su cuerpo. Lo vio irse por el sumidero una mañana a los pocos días de la transferencia.

El segundo y el tercero pasaron un proceso más normalizado. Las dudas y los miedos persistían, pero no eran comparables a las del primero. Podrían haber salido con éxito, pero tampoco cuajaron. Causas desconocidas.

El cuarto no sobrevivió a la descriogenización, y hubo que despertar al quinto.

El quinto fue el más doloroso emocionalmente, porque fue el tercer revés consecutivo en menos de un mes. Quizás los dos primeros fueron lo que precipitaron éste. Nunca se confirmará.

Cinco intentos, cinco fracasos. Ahora queda la duda: volver a intentarlo (pasar por todo el proceso nuevamente, con lo que económica, moral, y emocionalmente significa) o desistir. ¿Cuántas veces son necesarias para una fatalista saber cuándo algo es imposible? ¿Cuándo dejar de luchar? ¿Cómo se acepta algo así?

Lo que sí es cierto es el dolor por la pérdida. En cierta manera, esos eran sus hijos no natos. Seguramente les escribirá una carta de despedida, para que se vayan tranquilos. Y llorará mucho por ellos, por lo que pudo ser y no fue, por los futuros muertos.

Lo que permanece es más desvalorización (sumada a la ya existente), el imaginarse como una reina Midas de la muerte: todo lo que toca se estropea y muere. Yerma y estéril. Buena para nada. Buena para nadie.

miércoles, enero 17, 2018

Virtual Love

Hace tres años abrí una cuenta en una conocida página de matchmaking. Tuve la idea de que me convenía conocer gente para no quedar atrapada en una historia sinsentido. Una vez más, mi intuición tenía razón. Pero no recuerdo por qué me decidí por esta vía, ya que jamás antes había hecho algo así. Un mes más tarde, mi amiga América me recomendaba otra página gratuita que usaba ella.

Al principio seguí los pasos que indicaban sendas páginas: abrir el perfil y empezar a curiosear. Y pronto me dí cuenta de que este medio no era para mí.

Me sorprende que a tantas personas les funcione, pero está claro que tienen una personalidad diferente a la mía. Digamos que tengo carencias para el juego: soy tímida, soy muy cautelosa con los hombres, y no soy nada lanzada. Por no decir que soy la típica chica a la que nadie ve, la mujer invisible, la chica violeta. Aun así, recibí algunos mensajes, cosa que agradezco porque yo jamás podría iniciar el contacto. Pero la mayoría de los intentos fueron fallidos porque la demanda de la gente es exagerada. A ver, yo no concibo estar metida en chats todo el día, como si no tuviese nada más que hacer. Buscar el amor es importante, pero conservar mi trabajo también. Alguno se molestó por no ser más activa. "Sosa" me llamaron. Si supieran que en realidad soy asíncrona multicanal, como decía Dani...

Otro problema que encuentro en estas plataformas son los perfiles. No nos damos cuenta de la cantidad de información que damos sin pretenderlo. Todo el mundo intenta ser guay para llamar la atención y dar su mejor imagen: las mejores sonrisas, las actividades más interesantes, los lugares más exóticos... pero la mayoría de las veces no se consigue. Quizás soy yo demasiado exigente (no digo que no), pero las cosas que veía me echaban para atrás que atraerme, esas cosas que no se ven a simple vista, esas intuiciones, esas primeras impresiones. Bastaba con ver la foto, no porque fueran feos o poco agraciados, sino por lo que transmitían en ellas sin querer. Y seguramente eran personas encantadoras e interesantes, pero la información que recibía no me animaba a conocerlos. A veces conseguía traspasar mis prejuicios y llegar a leer a los perfiles, y casi era peor. Había de todo, mucho corazón herido disfrazado de perdonavidas, muchos requisitos imposibles de satisfacer, mucha frase lapidaria.

Lo que más me repelía era la vergüenza ajena que sentía. Pensaba que ya es duro que normalmente te ninguneen para ser ninguneado ampliamente online por un grupo más numeroso. No me gustaría saber lo que mi perfil podría suscitar. Indiferencia sobre todo, supongo. Y eso que jamás mencioné que me encanta el esoterismo, la metafísica o las terapias alternativas.

De mi experiencia recuerdo tres casos concretos. El primero un chico de Madrid con el que supuestamente tenía una alta compatibilidad. A los dos nos gustaba el metal, las cervezas, y las series. Me pareció que merecía la pena conocernos. Quedamos. Me pareció muy majete, pero no sentí ninguna química. Es malo ir a estos sitios cuando estás ya enamorado o cuando tienes el corazón roto (o ambas cosas a la vez).

El segundo era un chico de Sevilla con el que crucé varios mensajes. Él estaba empeñado en que nos conociéramos, pero yo no quería relaciones a distancia. Insistió, pero lo tenía muy claro. Bastante sé de distancias como para saber que no iba a funcionar.

El último fue un masajista de Madrid. Muy lanzado. Demasiado. Me acojoné y corté la conversación.

Desde entonces nada. Tampoco tenía motivación. Yo estaba en otra historia.

Pero hoy he vuelto a entrar en una de las cuentas por curiosidad. Quería saber si mi percepción había cambiado. En absoluto. Sigo sintiendo la misma vergüenza ajena, el mismo recelo, el mismo reparo. Sé que tampoco era el mejor momento, tengo que cerrar heridas primero y tengo que reconstruir mi autoestima. No será en el corto plazo. Ni siquiera lo veo factible.

Soneto 116 - Willian Shakespeare

Permitid que no admita impedimento
ante el enlace de las almas fieles
no es amor el amor que cambia siempre por momentos
o que a distanciarse en la distancia tiende.

El amor es igual que un faro imperturbable,
que ve las tempestades y nunca se estremece.
Es la estrella que guía la nave a la deriva,
de un valor ignorado, aún sabiendo su altura.

No es juguete del Tiempo, aun si rosados labios
o mejillas alcanza, la guadaña implacable.
Ni se altera con horas o semanas fugaces,
si no que aguanta y dura hasta el último abismo.

Si es error lo que digo y en mí puede probarse,
decid, que nunca he escrito, ni amó jamás el hombre.

----

Let me not to the marriage of true minds
Admit impediments: love is not love
Which alters when it alteration finds,
Or bends with the remover to remove.
Oh no! it is an ever-fixèd mark
That looks on tempests and is never shaken;
It is the star to every wandering bark,
Whose worth's unknown although his height be taken.
Love's not Time's fool, though rosy lips and cheeks
Within his bending sickle's compass come;
Love alters not with his brief hours and weeks,
But bears it out even to the edge of doom.

If this be error and upon me proved,
I never writ, nor no man ever loved

lunes, enero 15, 2018

Blue Monday

Este lunes lo echó de menos y quiso buscarlo. Echaba de menos tantas cosas: su sonrisa, el ángulo de su mandíbula, sus ojos, su olor, su calor...todo. Se preguntó si él también la echaría de menos. "Claro que no, niña tonta", se dijo a sí misma. Y le recordó todas las palabras que él había pronunciado. Sabía que estaba mal hablar así a su niña interior, pero es que a veces parecía que no se enteraba de las cosas.

Afortunadamente tenía más trabajo del que necesitaba, así como un gran resfriado. Estaba claro que somatizaba la tristeza en resfriado, lo cual tenía sus ventajas, pues podía argumentar que sus ojos vidriosos y su nariz roja eran los síntomas de la enfermedad. Muy conveniente todo.

Había tomado paracetamol para paliar el malestar general. Por la mañana creía haber tenido fiebre. De hecho, habría querido irse pronto a casa y descansar, pero tenía trabajo que adelantar, y las 17h se convirtieron en las 20:30.

Un mensaje le informó de la muerte de Dolores O'Riordan, y pensó en la futilidad de la vida, en cómo todo cambia en un segundo drásticamente. No había sido una gran fan de Cranberries, pero lamentó la muerte de una mujer tan joven que, en cierta manera, había sido un icono. En su cabeza revoloteó el estribillo de "Linger":
"But I'm in so deep
You know I'm such a fool for you
You've got me wrapped around your finger
Do you have to let it linger?
Do you have to, do you have to, do have to let it linger?"
Muy apropiado.

Salió de la oficina y en la recepción encontró la cara deforme de uno de los vigilantes. Tenía la cara totalmente torcida hacia el lado izquierdo, y el ojo derecho opacado, posiblemente ciego. Era la primera vez que lo veía en el edificio. Sintió pena por él y se preguntó si le daban el turno de noche para no causar " mala" impresión. Intentó que su cara no la traicionara cuando se dirigió a él para preguntar si alguien había dejado su tarjeta perdida. No quería ofenderlo.

Llegó a casa sin recordar bien cómo. Recordaba haber conducido, pero no recordaba bien el trayecto. Creía estar otra vez con fiebre. Habría querido ver alguno de los capítulos de "Big Little Lies" que le habían grabado (una gran serie, le habían asegurado), pero se encontraba tan cansada que pensó que sería mejor irse a la cama sin más. No importaba nada más que dormir. Hoy no habría lágrimas, sólo un sueño profundo y reparador.

Pensó en cuánto se alegraba de haber comprado un colchón tan maravilloso. Pensó en que sus gatas velarían por ella.
Pensó que quizás se reencontraréis con él en sueños y eso la consolaría. Pensó que no conocía ninguna canción que hablase del Blue Monday.

Y así cayó dormida.

sábado, enero 13, 2018

100 pizzas

Hace unos días leí una de esas noticias que te ayudan a restaurar tu fe en la humanidad. Si no al 100%, al menos lo suficiente para no alimentar la misantropía.

La cadena Telepizza lanzaba una promoción por Twitter premiando con 100 pizzas los comentarios más originales sobre su puzza barbacoa. En respuesta, uno de sus seguidores sugería donar las pizzas a los indigentes para que pudieran comer algo caliente. Esto provocó una reacción en cadena en la que la comunidad tuitera quisieron sumar unidades a la cantidad inicial. Telepizza aceptó el reto y terminaron llegando a 2244 pizzas, que fueron donadas a la fundación RAIS de Madrid.

Éste es un ejemplo de cómo la tecnología puede servir a un uso altruista, que, por supuesto, es un uso secundario. Muchos criticarán la acción como flor de un día, y en parte tendrían razón. Es mucho más útil cuando la solidaridad se mantiene en el tiempo, mejor cuando conlleva un compromiso personal. Sin embargo, tampoco hay que quitar méritos. Gracias a esta acción espontánea, muchos indigentes pudieron tener una noche especial, y eso es muy bonito. Ellos también merecen un gesto en una vida dura, algo que rompa su rutina, su monotonía, su «desgracia».

jueves, enero 11, 2018

La luz que no puedes ver


Llegó el último envío de Amazon. Le había comprado un regalo para Reyes. Un libro. Pero no un libro cualquiera, sino "La luz que no puedes ver" de Anthony Doerr. En un foro alguien comentó que estaba relacionado con la obra "Claro de Luna" de Debussy, y parecía un buen regalo para un amante del piano. La idea era que leyera el libro y luego lo recreara en el momento en que tocase estudiar esta obra. La idea subyacente es que también se acordara de ella. Una idea estúpida, la verdad, como el hecho de comprar el libro, como la dedicatoria que acompañaba el regalo.

Ahora el libro no tiene dueño, pero tiene una energía asociada. Ella no lo querría conservar, pero se siente de regalar esa energía a otros. No es que sea una mala energía, porque se basaba el amor, pero no sabe si arriesgarse.

Hay varias opciones, algunas combinables:
  • Quemarlo o tirarlo al contenedor de reciclaje de papel
  • Donarlo a la biblioteca o a la sala de espera de algún hospital
  • Venderlo en Wallapop o similar.
  • Regalarlo, aprovechando varios cumpleaños a la vista
  • Quedárselo y usarlo para calzar muebles o como posavaso.
  • Quedárselo y leerlo.
La historia no es fea, y viene avalada por varios premios. Cuenta la vida de una niña ciega francesa y de un niño alemán en la Segunda Guerra Mundial. La idea que quiere transmitir es que un corazón puro puede brillar aun en la noche más oscura. Muy apropiado.

Valentina


Valentina nació un verano de 1919 en un pequeño pueblo de Guadalajara, cerca de la provincia de Soria. Sin embargo su familia se trasladaría pronto a Madrid, cerca del cementerio de la Almudena, donde su padre trabajó de sepulturero. Ella era la segunda de ocho hermanos, la primera de las chicas.

Empezó a trabajar muy jovencita de sirvienta para una familia burguesa del distrito de Chamberí. Allí conocería a su marido, Ángel, un vecino de la misma finca.

 La guerra civil aplazó el noviazgo. Valentina se marchó a La Granja con la familia para la que trabajaba, un sitio apenas afectado por la guerra. Ángel se alistó en el ejército republicano en Madrid, tuvo que retirarse a Valencia cuando el bando nacional empezó a ganar, y terminó exiliado en el sur de Francia unos años.

A la vuelta del exilio, Valentina y Ángel se casaron. Eso debió ser en 1944. Un año después nacía su único hijo, José, llamado así por el mayor de sus tíos maternos.
Toda la familia vivió en la calle Ruiz hasta 1961. Ángel trabajó en una imprenta. Valentina siguió trabajando con la misma familia hasta que, por una decisión extraña los echaron de la casa. Vivirían unos años más en casa de una vecina, pero ya habían comprado un piso en el barrio del Pilar. Este sería su vivienda hasta su muerte. No volvió a trabajar.

Valentina tuvo una vida sencilla. Se dedicó fundamentalmente a ser ama de casa. Luego cosía, hacía punto, leía revistas de corazón, veía telenovelas, telefoneaba a sus hermanos, paseaba con su marido cuando volvía del trabajo... La verdad que no sé mucho más de su estilo de vida porque tampoco era una mujer que se prodigase mucho.

Tomaba una copita de vino cada día, que es una de las posibles causas de su longevidad. Nunca estuvo enferma hasta el año pasado, cuando hubo que ingresarla por encharcamiento de pulmones, y superó después una embolia pulmonar.

La muerte de Ángel hace 19 años la marcó significativamente, porque ya nada sería igual en su vida.  Desde entonces vivió sola, visitada por su familia de vez en cuando. También tuvo que enfrentar el cáncer de su hijo más las innumerables secuelas derivadas de la enfermedad.

Cuando sus funciones empezaron a mermarse, su familia contrató una persona que le hiciera compañía por las noches, más una mujer de la limpieza enviada por la asistencia social, y el cuidado de su hijo y su nuera.

Valentina falleció de madrugada a causa de una insuficiencia cardiorrespiratoria y renal que la llevó a ingresar el día de Año Nuevo.

Tuvo una vida larga, sencilla y buena. No se puede pedir más.

Hasta pronto, abuela.

miércoles, enero 10, 2018

Desolación

Una leyenda maorí habla de cómo Maui retuvo el sol. La recordó anoche entre los miles de pensamientos que cruzaron su mente, y envidió el poder y la capacidad de Maui para ella. Pero Maui era un dios, y podía hacer semejante proeza. Ella solamente era una mortal, y no demasiado poderosa. O nada poderosa. Desde luego, ella no había sido capaz de retener a su sol.

Lo había intentado, ciertamente. Lo había hecho desde que él hiciera el honor de fijarse en ella. Lo hizo porque había sentido miedo de perderlo. Lo hizo porque pensó que quería darle todo, sin más. Y sobre todo, lo hizo cuando lo sintió alejarse poco a poco.

Ella lo vio venir y quiso evitarlo. Hizo todo lo posible, lo que estuvo en su mano, lo que buenamente pudo y supo, pero nada bastó. Nada fue suficiente.  Nada sirvió. Y ahora su sol se alejaba cada vez más, dejando su mundo yermo y helado. Se había convertido, de repente, en una reina de las nieves perpetuas.

Ella había presentido el alejamiento semanas antes, meses incluso. Quizás en su ansiedad había cometido errores graves y fatales. Nunca lo sabría. Puede que diera igual, no iba a cambiar el resultado: su sol se marchaba.

Tampoco entendía la lógica de aquello. Puede el afecto desaparecer en un segundo? Cómo se puede pasar de un "te amo" a "de mí no va a salir" en cuestión de días? Cómo se puede pasar de un "gracias por existir" a un "estoy muy alejado (así es, y punto)"?

Cada palabra fue un puñal directo al corazón. Le dolió la indiferencia de su sol, como si ella y sus sentimientos no importasen una mierda. Quizás nunca habían importado, pero había estado ciega a tal hecho. Ciega por el resplandor de un sol egoísta y desconsiderado al que había amado sin medida, sin freno, sin red.

Despertó después de una mala noche de sueño corto, ligero, y lleno de lágrimas y desesperanza. Le dolía enormemente la cabeza y el pecho. También la boca del estómago, la casa del tercer chakra. Hacía mucho que no sentía dolor ahí: la desvalorización había regresado.

Se sentía profundamente ninguneada, como si todo lo que ella hubiera sido alguna vez simplemente careciera de valor. Todo había quedado invalidado por decreto del sol de golpe. Su amor, sus actos, sus sentimientos, sus emociones, sus ideas, sus eclecticidades, sus caricias, su sonrisa, su ilusión, su romanticismo, su físico... Toda su persona reducida al cero absoluto. Todo lo que una vez pensó que su sol amaba en ella no tenía ningún valor. Todo basura. Todo insuficiente. Todo mentira.

Despertó, y supo que la ilusión por la vida había muerto. No es que antes le sobrara, pero la poquita que había le ayudaba a ponerse en marcha. Ahora todo daba igual. Quiso morir porque no quedaba nada para ella por lo que vivir. La noche anterior viejas voces suicidas que pensaba olvidadas le habían susurrado que estrellara el coche mientras conducía de vuelta a casa. También deseó que el corazón se le parara de noche mientras dormitaba. Incluso pensó en rezar para pedir que los ángeles se la llevaran. Pero nada de eso había sucedido, lamentablemente.

Dolor, impotencia, frustración, desesperanza, desamor, desvalorización, apatía...cómo gestionar todo eso? Se sentía abrumada y sobrepasada. Se sentía pequeña y desvalida para algo tan inmenso.

Afortunadamente podía parapetarse en sus cuatro paredes al menos por un día, sin hablar con nadie, sin tener que fingir que todo estaba bien delante de todos. Un día para llorar libremente. Cancelaría todas las reuniones del día, y desactivaría el teléfono y el chat.  A la mierda la dieta, la primera resolución del año. Pondría en bucle el "These Days" de Bon Jovi, con el volumen a tope hasta que le dolieran los oídos. La idea era saturar los sentidos para insensibilizar el cuerpo. No sabía bien cómo parar la mente, tampoco cómo apaciguar el dolor del corazón. Pero quizás no importaba. Como ella.

Decidió que a partir de ahora se iba a replegar a su mundo interno. No participaría de la vida. A partir de ahora iba a vivir a través de la vida de otros. Vidas mejores, vidas más interesantes, vidas más valiosas que la suya. Ella se quedaría como una sombra, lo que siempre fue, lo que siempre debió haber sido (se ríe amargamente reconociendo cuán pretenciosa fue creyendo lo contrario, creyendo que le podía corresponder algo bonito). Y sí, consideraría la muerte física nuevamente, pero en todo caso, la muerte siempre llega de una manera u otra.

lunes, enero 08, 2018

Carabelas

Hace un par de días soñé con mi abuelo Ángel. Me sorprendí porque no esperaba encontrármelo. Su cara era inconfundible, así como su bata azul marino. Tenía buen aspecto, a pesar del tiempo transcurrido. No tan mayor ni tan caído como cuando falleció, pero lo suficientemente mayor para que yo pudiera reconocerlo. Era él, no me cabe duda, lo pude ver clarísimamente. 
Él no me miraba y yo tampoco lo llamé. Simplemente llegaba a la habitación del hospital y se sentaba al lado de la cama de mi abuela en el hospital, esperando, esperándola.

Hoy he vuelto al hospital. Al cruzar el portal me ha venido nuevamente la figura de mi abuelo a la mente. Esta vez sí me miraba y me sonreía, aunque tampoco me decía nada. Parecía estar esperándome, y se alegraba de verme. Esta vez no era un sueño, sólo una imagen nítida. Él no estaba allí, pero al mismo tiempo estaba. En otro plano.
“Hola, abuelo, me alegro de verte”, le he dicho mentalmente. Y he proseguido caminando hacia la habitación de mi abuela.

Entonces he pensado que esperamos ver con los ojos físicos lo que solamente se puede ver con el tercer ojo, o con el corazón, o con otros sentidos que están más allá de lo material. Igual que no vemos por el oído por mucho que nos empeñemos, hay informaciones que deben captarse por el canal adecuado. Además, a falta de referencias y sensaciones con las que comparar, que no somos capaces de apreciar la experiencia que está delante de nosotros. Como los nativos americanos, que no veían las carabelas de Colón cuando llegaron a tierra, porque en su cerebro no había ningún conocimiento ni ninguna experiencia de la existencia de las embarcaciones. O eso dicen.

miércoles, enero 03, 2018

Aiteda


Me despierto con el hecho de que Cepeda fue expulsado de OT. Veo en Twitter los vídeos, y son tan emotivos, que me echo a llorar: Aitana pidiendo a Cepeda que no se vaya, los abrazos, los lloros...Se acabó, él está fuera. Se acabó "Aiteda". OT no volverá a ser lo mismo sin ellos juntos.

Dicen que OT es un concurso de voces, pero no es verdad: es un reality disfrazado de concurso de canciones. La audiencia que tiene el 24h no la tiene la gala. El hashtag es TT cada día. La audiencia quiere ver el día a día de los chicos, la gala es simplemente un trámite más del reality, que tampoco lleva a votar al mejor, dado que las votaciones se suceden todos los días de la semana, y no en el momento de la gala.

Puesto que es un reality, no se valora solamente la voz, sino a la persona. Es más, incluso sin el reality, podemos afirmar que un artista no solamente es una voz, sino algo que emana de su propia persona. Hay voces maravillosas, capaces de virtuosismos vocales, y sin embargo carecer de esa calidez que despierta el corazón. Por tanto, no se vota por "capacidad", sino por afinidad y por sentimiento.

En el caso de Cepeda, sin duda no es la mejor voz técnicamente hablando, pero tiene calidez. Como persona, Cepeda es un buen chaval, muy noble. También es el más mayor de los que entraron, por lo que su madurez es diferente al resto, y se nota, por mucho que le guste jugar. Y luego está su relación con Aitana, que supongo que le ha llevado más allá de lo esperado en el concurso. Porque somos muchos los que "shippeamos" a esta pareja, la verdad. Y todo ayuda.

A pesar de su diferencia de edad, Cepeda conectó con Aitana desde el primer día. Una actuación perfecta, y el comienzo de una relación única dentro de la academia. Si es amistad o amor, solamente ellos lo pueden definir. Para mí es amor, porque jamás he tenido una amistad semejante en mi vida con la que poder afirmar que ese tipo de amistades existen: alguien que te cuida, que te apoya, que te abraza, que te anima, que tiene complicidad contigo, con admiración mutua, cuya opinión te importa, y con quien quieres pasar la mayor parte de su tiempo contigo. Yo no he tenido amig@s así.

Todos habríamos querido que acabaran juntos, independientemente de que tuviesen pareja en el exterior. No sabemos cómo son las relaciones con sus parejas, ni nos importa. Nos gusta la magia que crean cuando están juntos. Nos gusta la relación tan bonita que tienen entre ellos. Nos gustan los cuentos de hadas con final feliz. Nos gusta el triunfo del amor.

Lamentablemente ahora Aitana llora la pérdida de Cepeda, y la mayor parte de la audiencia con ella, incluyéndome a mí.

Cepeda tenía demasiados "haters", estaba claro que en algún momento saldría, porque uno no puede mantenerse nominación tras nominación sin erosión. A pesar de su legión de incondicionales, es un dineral invertido en él. Y fueron cinco galas. Me alegro que, al menos, echara a Mireya y Raoul.

El concurso y el reality continuan. A mí me gustan Aitana y Amaia para ganarlo. Ya veremos cómo resulta. Lo que está claro es que echaré mucho de menos a Aiteda.

martes, enero 02, 2018

El Lago de los Cisnes


He empezado el año con algo bueno y otro no tan bueno. Lo malo es que mi abuela está ingresada otra vez, igual que en las vacaciones del año pasado, por una insuficiencia cardiorespiratoria y renal. Empezó a retener líquidos la semana previa a Año Nuevo, y ayer estaba tan fastidiada que hubo que llamar al médico de emergencia. Siempre tiene mal pronóstico por la edad que tiene, pero sigue teniendo mucha fuerza. Es impresionante la vitalidad que tiene.

Debido al cuadro, mi madre decidió que no vendría conmigo a ver "El Lago de los Cisnes". Estuve a punto de ir sola. Finalmente Crisis se unió, aunque no creo que fuera el plan que más le sedujera en su momento.

Ésta es la parte buena del día de ayer: poder ver el ballet que tenía tantas ganas de ver. Hacía muchísimo que no lo veía. Diría que unos 6-7 años aproximadamente, y curiosamente fue gracias a Crisis, que me regaló la entrada para que fuéramos juntas. Creo que hasta fuimos al mismo teatro, salvo que ahora tiene un nombre diferente.

Como ballet, creo que me gusta más "Giselle", porque fue el primero que vi en mi vida, y porque tiene un punto gótico interesante. Pero "El Lago de los Cisnes" tiene algo que no tiene "Giselle": la música de Tchaikovsky. Recuerdo que me enamoré de la música gracias a unos dibujos animados que relataban el cuento de hadas. Luego un compañero del colegio me dejó una cinta de su madre con la música del ballet, cinta que ponía una y otra vez sin parar. Más tarde me compraría un CD con la música de éste y del ballet "El Cascanueces", que guardo todavía, y que he escuchado innumerables veces. El tema que más me gusta es, sin duda, el leitmotiv de la obra, que siempre me ha emocionado muchísimo. No sé, me eleva y me hace vibrar el pecho. Es una pieza muy hermosa (para mi gusto).

El ballet lo recordaba muy difuso de la última vez, aunque sí recordaba el argumento de la historia: el amor de Sigfrido y la hechizada Odette, el cisne blanco. Crisis me preguntó a mitad de la obra: "Esto va a acabar mal, ¿no?". Y yo le dije que no. Y fue cierto. Pero parece ser que hay varios finales alternativos diferentes a lo que vimos anoche. Yo siempre he visto un final feliz.

En mi cabeza tenía la idea el baile en solitario del cisne negro. Pero resultó que lo que vi no se parecía en nada a lo que recordaba. Fue muy bonito, pero yo en mi mente era mucho más espectacular. Eso me chafó un poco. Por lo demás, el ballet es maravilloso, con unas formaciones de cisnes impresionantes. Qué estoicas son las bailarinas, porque yo pensaba lo mucho que tiene que doler muscularmente hacer todo eso. Son preciosas, etéreas, gráciles, elegantes, delicadas, como plumas en el aire, como si no tocasen el suelo. Son lo más parecido a los elfos que debe existir en la tierra. Qué belleza. Un poco de envidia sí me dan, salvo que yo jamás he sido tan grácil, ni creo que hubiese podido sorportar semejante disciplina.

Los chicos, los pobres, no se lucen mucho. Sigfrido un poco más, por eso de que es el príncipe, y también es vistoso el arlequín del palacio. Los demás...bueno, es que no es comparable. O no me lo parece a mí, porque solamente puedo fijarme en ellas y en sus movimientos armoniosos y perfectos. Ellos "simplemente" las acompañan en las partes en las que aparecen representados. Eso sí, hay que tener fuerza para elevarlas tan alto y por tanto tiempo.

La protagonista es la bailarina que hace el doble papel de Odette y Odile (el cisne negro). Una técnica impresionante, un físico impresionante. A mí me gusta más el cisne negro porque me parece más interesante. Odette resulta un tanto lánguida en comparación a la energía de Odile. ¿Por qué la bondad la representan siempre tan sosa? Aunque en realidad no sabemos cuán buena es Odette. Se supone porque es blanca. Sólo sabemos que está hechizada. Y seguramente sea guapa, dada la lucha entre Sigfrido y el rey brujo. A fin de cuentas, es un cuento antiguo donde las mujeres sólo valían por su belleza.