Con vistas a preparar el próximo festival, hoy teníamos previsto meter el piano y el violín en los ensayos vocales. Desde el primer momento el acompañamiento del piano sonaba extraño en relación con la voz y nos ha despistado a todos. Así que Isa ha preferido dejar de lado el violín y centrarnos en los acordes de piano. Hemos tenido que hacer un montón de arreglos, conforme al gusto y criterio de Isa, pero el caso es que estábamos tan todos tan concentrados y tan involucrados que nos hemos comido la mitad de la clase de la pobre Edris.
La canción está quedando bastante bien, a pesar de que aún tenemos que terminar los cambios y ensayar. A ver si Jose puede practicar con el violín y conseguimos unirlo también. Lo más bonito de todo, sin embargo, es darse cuenta de que estoy participando en un proyecto en el que, para variar, todo el mundo está ilusionado e intenta dar lo mejor de sí. Y eso, tras varios meses de apatía y frustración, resulta refrescante.
PS: Me encanta Edris. Qué bien canta, qué mona es. Y qué canción más complicada ha elegido.
PS: Me encanta Edris. Qué bien canta, qué mona es. Y qué canción más complicada ha elegido.