Lo bueno que tienen las películas de la saga Star Trek es que todas se parecen bastante, lo cual es una garantía si te gustan, como es el caso, más cuando el fin de semana es tirando a color grisáceo. Sinceramente, ya no recuerdo si llegué a ver la película anterior. Diría que sí, porque no me las suelo perder, pero en mi memoria queda poco de ella. Así que no puedo asegurar si la trama tiene un enlace con aquella. Si es así, seguramente me haya perdido algo, pero tampoco lo he apreciado, por lo que deduzco que tampoco debe ser especialmente importante.
La película es bastante entretenida. En esta ocasión la tripulación de la nave Enterprise llega a un planeta artificial llamado George Town (creo) a descansar después de la última misión. Allí se topan con la necesidad de viajar a una nebulosa del espacio desconocido para responder a una petición de ayuda de una nave varada. Cuando llegan son atacados por una nueva especie-colmena liderada por Krall, un nuevo villano que quiere aniquilar la raza humana. El Enterprise cae en el planeta y, a partir de entonces, la tripulación debe luchar por sobrevivir y proteger a George Town de la amenaza que Krall representa.
La trama resulta predecible desde que caen al planeta, aunque no quita para que sea entretenida. Lo más novedoso a mi parecer es la crisis que parece tener el capitán Kirk, cansado de tanto viaje estelar, y que le lleva a replantearse su continuidad como capitán del Enterprise. Resulta un personaje más sombrío y, por momentos, parece haber madurado. Spock también tiene sus propias diatribas, al plantearse convertirse en embajador vulcaniano. Sin embargo, creo que su personaje no tiene tanta importancia en esta película como en otras ocasiones. No así los personajes de Bones y Scotty, que ganan más protagonismo en esta entrega. Mencionar una pequeña sorpresa con Sulu. Y por último, decir que da pena ver la actuación de Anton Yelchin en el papel de Chejov, quien falleció recientemente en un extraño accidente en el garaje de su casa.
SPOILER. Una de las partes que más gracia me han hecho de la película, es un momento en que utilizan la canción "Sabotage" de los Beastie Boys para atacar al enemigo. Entonces Bones le dice a Spock: "¿Están usando música clásica?". Me parece un punto buenísimo, porque desde su perspectiva futura, ciertamente la música contemporánea puede considerarse clásica. Claro, también da miedo pensar que en el futuro se pueda considerar clásica la música reggaeton, y por clásica me refiero a su acepción de "culta". Pero así son las cosas.