Esta mañana en facebook encontraba esta imagen, y una idea ha cristalizado en mi cabeza, como si fuera un copo de hielo del mismo dios que adora Wim Hof: "Cada uno de nosotros tenemos una idea personal de Dios". Así escrito parece una obviedad, pero tiene cierto calado trascendental.
Cada uno de nosotros percibe la realidad de una manera diferente. Se debe a los filtros de los sentidos y a interpretación que hacemos en nuestro cerebro de la información que recibimos. Dos personas no perciben un mismo color de igual manera. Tampoco interpretarán un misma situación de igual forma incluso cuando la vivan en primera persona. Por tanto ¿por qué su idea de Dios tendría que ser la misma? Incluso aunque estas dos personas compartieran una misma vía de fé, habrá diferencias en su vivencia, que se deben a la individualización de la misma.
Por tanto, el Dios de cada uno puede ser muy diferente. Para Wim Hof Dios puede ser el frío, y otra persona puede pensar que eso es simplemente un infierno porque no está en sus preferencias. Esa otra persona buscará a Dios en otro camino. Y eso está bien. Dios no es simple; Dios es múltiple, es variedad, es pluralidad, es poliédrico. De esta manera, cada uno de nosotros somos capaces de sintonizar con la faceta que más tiene que ver con nosotros, y así conectar con Dios. Así que Dios se muestra de múltiples manifestaciones para incluirnos a todos, pero todas son siempre Él. Es como los diferentes nombres de la Virgen María: la Virgen del Pilar, del Carmen, de la Cinta, del Rosario...todas son María, la única.
Así que cada expresión de Dios aporta algo diferente para diferentes grupos que comparten esa preferencia. Sería bonito aprender qué exactamente y compartirlo con otros grupos para poder enriquecer nuestra visión del mundo. Así tendríamos mentes más abiertas, y evolucionaríamos antes.