miércoles, julio 19, 2006

Mi reino por un hacha (bien oxidada)

Viendo lo mal que funciona el blog últimamente (que se me resetease el ordenador intentando ver el blog de otra persona es lo último) posiblemente este post aparecerá dentro de tres días. Quizá entonces me haya calmado un poco y vea las cosas de otra manera. Seguro que me arrepentiré de lo que escribo ahora, incluso es posible que lo borre. Pero como estoy tan sumamente cabreada, necesito hacer algo que me ayude a desfogarme.

Tenía el presentimiento de que la traca final no había explotado aún porque quince días eran demasiados para estar ociosa esperando las vacaciones. Por eso cuando me ha caído hoy el marronazo de la Tutanrohs no debería haberme sorprendido. Lo que más me molesta no es ya la incompetencia de los gestores de proyectos, ni la falta de anticipación de problemas, ni la indolencia con la que enfrentan los problemas (habiendo curritos a los que chupar la sangre...) Lo que más me molesta es la falta de consideración y de respeto que tienen hacia sus empleados. Si no termino antes de agosto, tengo que sacrificar mis vacaciones, pero ¿alguien me ha preguntado si estoy dispuesta? ¿alguien se ha interesado por mis planes? Simplemente lo dan por supuesto. Y cuando aparezcan los errores, la responsabilidad será mía porque "no vivo mi trabajo", porque "no soy profesional", o porque "soy una incompetente y una vaga", argumentos que estoy oyendo mucho últimamente por estos lares.

A veces me gustaría tener un hacha a mano.

martes, julio 18, 2006

Tick-tack

Últimamente me levanto con la sensación de que la bomba de relojería va a estallar y va a cambiar todo. Pero no tengo acceso al reloj y no sé de cuánto tiempo hablo. Simplemente lo presiento. El cambio da miedo, pero a veces la destrucción total es deseable porque genera creación. Yo siempre estoy dispuesta a empezar de cero, a veces demasiado. Me pregunto si no estaré huyendo una vez más.

viernes, julio 07, 2006

Aquí se trabaja bien

Esto está sacado de un artículo de "Actualidad Económica" de este mes.

123 empresas se han sometido a un cuestionario sobre el cuidado a sus recursos humanos. En último puesto, una sorpresa: "Recreativos Franco". El choteo es general en el departamento y todos pedimos fotocopia del artículo para leerlo y seguir con la guasa. A ninguno nos extraña la noticia. De hecho, pensamos que si se hubiese escogido una muestra más amplia (1000 empresas) también habríamos quedado los últimos. Para más inri, Cirsa, nuestra gran competidora, aparece en el puesto 35 del ranking.

Lo más curioso es que el test lo ha realizado el departamento de RRHH, lo que me hace pensar que si han tratado de cuidar la imagen de la empresa, o lo han hecho francamente mal, o estamos peor de lo que percibo personalmente. De 1000 puntos posibles repartidos en 6 áreas, sólo hemos obtenido 230. ¿Qué pensarán los hermanos de esto? No creo que sea como para estar orgullosos, la verdad.

¡Viva San Fermín!

Arrancan las fiestas de San Fermín, o mejor dicho, los encierros. Me encantan. No me pierdo ninguno desde que era pequeña, aunque tenga que grabarlos en video porque tenga que ir a trabajar. Pero para mi sorpresa hoy Pedro ha conseguido hacerse con un televisor pequeñito (creo que es de los guardas de seguridad) y podremos seguir el encierro desde la oficina.

Los de Kukusumuxu se han sacado el "encierrómetro" para comprobar si una persona está preparada para correr delante de los toros, mediante un test que da índice de riesgo entre 0-10. Me sale un 4.32, es decir, riesgo moderado, lo que significa que podría participar. Otra cosa es que me atreviese. Si en el año 94 tuve la ocasión y no me atreví, ahora que soy más mayor y más consciente (eso espero), mucho menos.

De todas formas, dado el ambiente laboral que tenemos últimamente, casi podríamos recrear un encierro corriendo delante de los jefes, que son auténticos Miuras, sobre todo Joaquín (ese sí que se ajusta al arquetipo). Así que me encomiendo a San Fermín para esta jornada laboral:

“A San Fermín, pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro, dándonos su bendición”.