Arrancan las fiestas de San Fermín, o mejor dicho, los encierros. Me encantan. No me pierdo ninguno desde que era pequeña, aunque tenga que grabarlos en video porque tenga que ir a trabajar. Pero para mi sorpresa hoy Pedro ha conseguido hacerse con un televisor pequeñito (creo que es de los guardas de seguridad) y podremos seguir el encierro desde la oficina.
Los de Kukusumuxu se han sacado el "encierrómetro" para comprobar si una persona está preparada para correr delante de los toros, mediante un test que da índice de riesgo entre 0-10. Me sale un 4.32, es decir, riesgo moderado, lo que significa que podría participar. Otra cosa es que me atreviese. Si en el año 94 tuve la ocasión y no me atreví, ahora que soy más mayor y más consciente (eso espero), mucho menos.
De todas formas, dado el ambiente laboral que tenemos últimamente, casi podríamos recrear un encierro corriendo delante de los jefes, que son auténticos Miuras, sobre todo Joaquín (ese sí que se ajusta al arquetipo). Así que me encomiendo a San Fermín para esta jornada laboral:
“A San Fermín, pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro, dándonos su bendición”.
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