Todas las mañanas paso por delante de un Liquidambar.
Sé que es esta especie porque lo indica una placa a sus pies.
No es un árbol común y se destaca entre los más usuales prunos.
Gracias a ello me he fijado en sus brillantes hojas de formas pentaculares.
Debe ser un árbol consagrado a la Diosa. Así que lo reverencio cada mañana...
Esta es una de las pocas cosas pequeñas y hermosas de cada día.
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