
Es ese desconocimiento el que hace que este mundo en el que
vivimos resulte extraño, ajeno, caprichoso, frío, incluso cruel. Pero al mismo
tiempo, debemos celebrar la vida porque a ella pertenecemos, especialmente
nosotras que hemos estado morando en la oscuridad tanto tiempo y a veces nos
vemos acechadas por sombras amenazadoras. Por eso hoy quiero celebrar contigo
este día, tu día, para que no se te olvide que también hay momentos luminosos,
llenos de energía, alegría y belleza (quizá no hoy, vale, pero habrá otros), y que hay alguien ahí
que te quiere tal como eres: tu mejor amiga, tu compañera, tu soporte, tu guía,
tu paño de lágrimas. Porque puedes estar segura de que puedes contar conmigo
siempre. Y ese es el regalo que puedo hacerte año tras año, como una renovación
de los votos de la amistad más profunda y fuerte, ya que el vínculo que nos une
es inquebrantable, diamantino y reluce como tal.
Feliz cumpleaños.