Oyes mi melodía al piano y te enamoras de mí. Salimos a pasear, contemplamos las estrellas en el planetario y cerramos la noche con un vals. Al día siguiente comenzamos de nuevo. Soy una desconocida. Tu mente me borró en la noche y sólo me deja el día como consuelo. Pero no me importa. Si no fuera por estos momentos, yo sería la olvidada del mundo. Gracias a Dios te tengo a ti y la compañía que me brindas.
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