viernes, marzo 08, 2013

Una vida llega y lo cambia todo


La imagen es la primera eco de mi primer sobrin@. Voy a ser tía y es una cosa que me hace mucha ilusión, a pesar de que he repetido hasta la saciedad que no me gustan los niños. Pero estoy contenta por mi hermana, por mis padres, por mi abuela, por todo lo que este bebé significa para cada uno de ellos. Así que estoy deseando que llegue octubre para poder ver su pequeña carita, salir corriendo del trabajo para poder achucharlo un poco, y poder descubrir el mundo a través de sus ojos y sus vivencias.

Siempre digo que tenemos muy poco control de nuestra vida: sólo podemos controlar aquello sobre lo que podemos decidir. Y si apenas somos capaces de gestionar las consecuencias de nuestras propias decisiones, mucho menos lo somos de las consecuencias generadas por otros. Así que la llegada de este bebé va a tener un gran impacto en mi vida, por no decir que la ha cambiado desde el mismo momento de su concepción. A partir de ahora, como es normal y natural, sus padres cambiarán sus prioridades para orientarlas hacia el beneficio de su bebé, sacrificando el beneficio y las necesidades de otros, como las mías. Si ya había quedado relegada en la escala de preferencias de mi hermana cuando llegó su chico, ahora lo estaré mucho más con su bebé. Una gran parte de mi vida lúdico-social quedará anulada en unos pocos meses y, si acaso, sólo me quedarán las migajas que ellos quieran compartir conmigo. Me resulta un panorama desolador y poco confortante.

Puede que éste sea un argumento exagerado, melodramático y desarrollado desde una perspectiva egoísta, pero claro, soy yo quien tiene que velar por mí y por mis intereses. Dado que no tengo margen de maniobra, sólo me queda aceptarlo y adaptarme (mi mantra últimamente), y cuanto antes lo consiga, mejor para mí.

1 comentario:

Dave The Rake Goldman (bad to the bone) dijo...

Bueno, aunque luego no es para tanto, sí es cierto un poco lo que dices. La salvedad es que lo que ahora puede parecerte migajas, verás cómo se convierten en un montón de ratos en los que estarás deseando pasar tiempo tú con tu sobrino.

Y te lo dice alguien que se cansa a los cinco minutos de la suya, porque es cierto que los cabrones son incansables. Pero verás como, aunque todo cambie ahora, no tiene por qué ser ni a mejor ni a peor, si no simplemente a diferente.

Y ahora te suelto el argumento cínico parecido al que le sueltan a uno cuando lo depsiden: piensa en la cantidad de cosas nuevas que esto te va a hacer descubrir. No es coña, a lo mejor tu hermana y tú siempre dabais por sentado que os teníais la una a la otra y ahora te das cuenta de que hay algunas cosas que te apetece más vivir sola o a tu manera. Nunca se sabe.

Ahora, lo que no les perdonaré a estos dos es que lo que venga no tenga los ojos azules. ¡Tiene que ser V 4.0!