Este post se lo debía a Sharing-dreams. Se lo debía porque le dije que iba a escribirlo y recibió el tema con ilusión. De esto ya hace días y lamentablemente no he tenido mucho tiempo para escribir otra cosa que no sea relacionada con el trabajo. Me apetecía escribir sobre esto, pero creo que no va a salir el post que esperaba porque mentalmente estoy agotada. El estado mental y anímico influye mucho en el resultado.
"Bruja". Palabra destinada a calificar peyorativamente a una mujer. En la actualidad la usamos para calificar a una mujer por ser mal humorada, cotilla, mala persona, fea, o todo al tiempo. La palabra nos lleva a épocas pasadas donde imaginamos mujeres malvadas, vestidas de negro, montadas en escoba. O mujeres que utilizaban su magia para el mal y se apareaban con el macho cabrío, al que rendían pleitesía. Pero todo esto sólo responde a una necesidad ancestral de someter a la mujer y denostarla.
Que conste que este post no pretende ser un alegato feminista. Pero algo de feminista tiene que haber cuando una pretende reivindicar a las brujas. Más allá de la magia y de lo esotérico, una bruja siempre ha sido una mujer que ha transgredido las normas sociales. Una mujer que quería ser libre, que quería escapar de la jaula en la que la sociedad quería meterla; una mujer que quería ser igual que el hombre, disfrutar de los mismos derechos, de las mismas oportunidades, de poder elegir su camino. Pero por alguna razón, a la sociedad le da miedo mujeres así, mujeres diferentes, mujeres seguras de sí mismas, mujeres salvajes, mujeres que no querían someterse a nadie. Por eso la sociedad inventó el término "bruja" para poder marcar, perseguir y eliminar a aquellas que eran diferentes, que atentaban de alguna manera contra un status-quo patriarcal, contra una "pureza" ficticia impuesta por los estamentos eclesiásticos. Y así comenzaron las cazas de brujas.
Han pasado los años y seguimos utilizando el término. Han pasado los años y seguimos señalando a esas mujeres que quieren ser libres. Tras las brujas tradicionales llegaron las sufragistas, y luego las feministas (que no las "feminazis"). Todo por ese miedo a la pérdida de poder patriarcal. Y muchas veces las peores en estos ataques son nuestras propias hermanas, mujeres que no son capaces de ver el poder que ellas mismas albergan, o quizás sienten miedo de poder utilizar ese poder.
Sharing-Dreams me preguntó si podría haber brujos modernos. Claro. Ni la magia ni la libertad son exclusivas de las mujeres. Tampoco son exclusivas receptoras del odio hacia el diferente, hacia las ovejas negras. La sociedad nos dice: "sé tú mismo", pero esa libertad queda constreñida a lo que se considera estándar. Salirse de la norma, parece entenderse como un ataque al grupo. "You can do it your own way, if it's done just how I say", que diría Metallica.