Ayer terminaba el curso de chino y la profesora quiso hacernos un regalo. Un retrato nuestro, de cómo nos ve Maliya a cada una de nosotras. Un retrato muy especial, porque no es una imagen, sino una frase que nos describe.
Como Maliya dice que no escribe bien, le pidió a su marido, maestro de caligrafía china, que la ayudara. Ella le fue hablando de nosotras y él eligió las palabras y las escribió. Mi retrato dice "El mar del conocimiento no tiene límite".
Fue algo tan inesperado y tan hermoso, que nos emocionamos muchísimo. De hecho, puedo asegurar que es uno de los regalos más bonitos que me han hecho nunca. Así que voy a enmarcarlo y lo voy a colgar en mi casa, bien a la vista, para poder recordar este momento tan especial.
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