domingo, octubre 01, 2017

1-O

Hoy ha sido un día raro políticamente hablando, diría que un día triste para la democracia. Cataluña estaba convocada hoy a un referéndum ilegal sobre la independencia del territorio de España. Es una reivindicación que está en Cataluña desde hace años, sea o no verdadera. Los catalanes se sienten diferentes y quieren marcharse. En realidad hay mucho ego en esta idea, como en todo nacionalismo. Existe una especie de “supremacía” frente al otro. Lo que se promulga es la superioridad catalana frente a todo lo que es español, y lo basan en unas falacias históricas usadas durante décadas para lavar el cerebro a la población.

En el otro bando, las cosas no son mejores. Existe la idea de la unidad de España, por supuesto, muy arraigada en una dictadura que acabó no hace tantos años históricamente hablando, y de la que se han heredado muchos valores. Las heridas de la Guerra Civil y las dos Españas siguen mal curadas, y no ha habido nunca voluntad para sanarlas. Es lo que tiene que el fascismo ganara la guerra en este país. Pero esa ideología ha estado soterrada y latente durante muchos años, impregnándolo todo. Ahora parece que vuelve a resurgir con fuerza para nuestra desgracia.

Desde hace semanas se viene hablando del referéndum y tomando medidas en un bando (el gobierno central de España) y el otro (el gobierno catalán). Los primeros habían enviado efectivos policiales (antidisturbios) y militares (la Guardia Civil) para contener el proceso. Los segundos habían preparado urnas y papeletas de cara a la votación, saltándose a la torera todas las leyes nacionales. Aquí tampoco había mucha voluntad política por solucionar el problema. Ni siquiera se han propuesto sentarse a dialogar. Ambos bandos están enrocados en sus posiciones, intentando sacar rédito político para su beneficio.

Estratégicamente hablando, el gobierno español no lo ha hecho bien. Ha elegido la mano dura como opción, lo cual hace que tenga una imagen completamente execrable frente a la comunidad internacional. Da igual si la ley estaba de su parte o no, las medidas tomadas no me parecen las adecuadas. Y encima alimentas la falsa imagen romántica del “pobrecito pueblo catalán”, que el gobierno catalán viene explotando desde hace años. Esto es así. La gente se va a poner del lado del “débil”. Pero la miopía y la cabezonería de Rajoy no dan para más. Al final el propio Rajoy va a hacer por la independencia más que todos los años pasados de campaña. Yo, sinceramente, habría permitido la votación. Si no tiene validez: ¿por qué esta represión tan dura?

Eso sí, me molesta muchísimo la opinión internacional sobre el tema cuando carecen de base. La mayoría han comprado esa imagen romántica adulterada que mencionaba antes. Por un momento me he preguntado si esto mismo es lo que pasa con China y el Tibet, por ejemplo. Siempre hemos pensado que el pueblo del Tibet eran los “buenos”, pero ¿alguien ha pensado en los chinos? Bueno, esto sólo es una ocurrencia, no lo he madurado mucho.

Que gente como Snowden y sobre todo Assange opinen a favor de Cataluña, no ayuda. Sobre todo el segundo, que me parece que está totalmente dirigido por su ego, y sus motivaciones son totalmente cuestionables. Se habla también de la injerencia de Rusia. Yo me creo cualquier cosa ya, porque estamos en manos de unos pocos que hacen y deshacen a su antojo a nivel mundial.

Más localmente, tampoco ayudan las voces de algunos radicales instando a repartir estopa en Cataluña. Es totalmente incongruente: queréis que no se vayan, pero queréis que reciban un castigo desproporcionado. ¿Qué clase de “amor” es ése? Un amor muy tóxico, está claro. No me explico de dónde sale esa inquina y ese revanchismo. Me parece que Cataluña nunca ha agraviado a España tanto como para merecer tanto odio y desprecio. Me avergüenzan enormemente estos comportamientos.

Y así pasa. Llega el día del referéndum y todo se desmadra. Las imágenes de hoy son bochornosas e intolerables. Difícilmente justificables.


¿Qué pasará ahora? Difícil saberlo. He escuchado la comparación de Rajoy a última hora de la tarde. Es como si hubiese estado viendo una realidad paralela. No hay ni un ápice de cambio, de acercamiento en su postura. Intuyo que en el otro lado están igual. Así no hay manera de resolver nada. Es triste.

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