martes, septiembre 12, 2006

Graznidos del cóndor

Pago el aparcamiento, me monto en el coche, y en ese momento suena el móvil. Lo busco para ver quién me llama, aunque tengo 10 minutos para salir del aparcamiento. Es una llamada del nido del cóndor. Lo dejo sonando y abandono el parking. En unos minutos el teléfono calla, gracias a Dios.

¿Para qué me llama? No me interesa lo más mínimo saberlo. Sabiendo cómo es, seguro que será para lo siguiente:
a) para regodearse de mi suerte en RFranco.
b) para recordarme que el proyecto sigue siendo confidencial y asegurarse de que no hablo sobre el mismo.
c) para hacerse el magnánimo conmigo.
d) todas las anteriores son verdaderas.
Si vuelve a llamar, le ignoraré nuevamente. O bien puedo aplicar cualquier otra técnica de ruido.
No le voy a dar ningún tipo de satisfacción, y menos que pueda perturbarme con sus paranoias y complejos.

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