miércoles, agosto 05, 2009

The dream is over

Estoy segura de haber escrito esta entrada un millón de veces. Estoy segura de que la reescribiré un millón más. Porque los miedos son los mismos de siempre y se activan por las razones de siempre. Lamento ser tan repetitiva. Pero es que mañana retorno al trabajo y eso son palabras mayores: responsabilidad, obsesiones, miedos, odios, envidias... Me espera una buena montaña rusa emocional de aquí en adelante.

Así que mientras lamento mi suerte, me torturo también rememorando mi estancia en mi querida Alemania. Debo admitir que de Hamburg sólo conozco la parte buena: el verano y las vacaciones. Seguramente si tuviera que vivir allí se haría insoportable. Porque al final todo converge en lo mismo: uno no puede escapar de sí mismo.

Parte de mí se queda allí para siempre. Esos momentos los puedo evocar siempre que quiera. (o pueda) .Son aquellos momentos en lo que me he sentido tan bien que hubiera deseado detener el tiempo o prolongarlo indefinidamente. Son esos momentos en los que todo tiene sentido simplemente a solas con la ciudad, sin posesiones, sin ataduras. Momentos en los que simplemente soy.

Pero todo momento tiene un final. Y todo llega, inexorablemente. The dream is over now. Y me muero de miedo.

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