Tal día como hoy hace 100 años, el rey Alfonso XIII colocaba la primera piedra de esta emblemática calle de Madrid.
Para mí este centenario tiene un significado especial porque esta calle me es muy querida. La Gran Vía no sólo era el comienzo del centro de Madrid, que entonces evocaba algo lejano, también tenía algo de mágico. Allí llegaba de niña con el autobús en busca de las cosas más variopintas que no se encontraban en ningún otro lugar de la ciudad. Otra forma de magia era el cine, donde íbamos en familia a aquellas salas de sesión contínua; allí vi todas las películas clásicas de Disney.
Hoy todo eso ha cambiado y no siempre para bien. Junto al evidente deterioro de la zona centro, la Gran Vía se ha convertido en una zona comercial más, donde aparecen las mismas franquicias que encontramos en cualquier centro comercial.
Afortunadamente aún quedan señas reconocibles. La más importante, la arquitectura de sus edificios y las esculturas de sus tejados, conocidos por las películas "Abre los ojos" de Amenábar, "La comunidad" de Alex de la Iglesia y, sobre todo, "El día de la Bestia" del mismo director. Mentiría si no dijera que tengo mi favorito; quizá el edificio Metrópolis sea el más bello de todos, pero para mi gusto me quedo con el Capitol y su sempiterno letrero de Schweppes encendido. Espero que al menos esto pueda durar otros cien años más.
¡Feliz cumpleaños, Gran Vía!
Para mí este centenario tiene un significado especial porque esta calle me es muy querida. La Gran Vía no sólo era el comienzo del centro de Madrid, que entonces evocaba algo lejano, también tenía algo de mágico. Allí llegaba de niña con el autobús en busca de las cosas más variopintas que no se encontraban en ningún otro lugar de la ciudad. Otra forma de magia era el cine, donde íbamos en familia a aquellas salas de sesión contínua; allí vi todas las películas clásicas de Disney.
Hoy todo eso ha cambiado y no siempre para bien. Junto al evidente deterioro de la zona centro, la Gran Vía se ha convertido en una zona comercial más, donde aparecen las mismas franquicias que encontramos en cualquier centro comercial.
Afortunadamente aún quedan señas reconocibles. La más importante, la arquitectura de sus edificios y las esculturas de sus tejados, conocidos por las películas "Abre los ojos" de Amenábar, "La comunidad" de Alex de la Iglesia y, sobre todo, "El día de la Bestia" del mismo director. Mentiría si no dijera que tengo mi favorito; quizá el edificio Metrópolis sea el más bello de todos, pero para mi gusto me quedo con el Capitol y su sempiterno letrero de Schweppes encendido. Espero que al menos esto pueda durar otros cien años más.
¡Feliz cumpleaños, Gran Vía!
1 comentario:
Estoy de acuerdo en que la Gran Vía se ha convertido en una especie de centro comercial gigante. Además, como hablaba hace unos meses con Agus toda la zona de alrededor, las callejuelas pequeñas y todo eso, son como un río de excrecencia que desemboca en ella.
Es una lástima el deterioro al que se está llevando a estas zonas de Madrid; en Almería vi un pequeño reportaje sobre las 3 tiendas que aún sobreviven en la Gran Vía y da pena saber que no les queda mucho tiempo, es un poco como la constatación de la pérdida de la identidad que está teniendo la ciudad de Madrid.
Mi primer recuerdo de esta calle es el de asombrarme ante tanto cine junto... en Pinto teníamos uno y no me cabía en la cabeza que en una sola calle hubiese tantísimos. De esos quedan ya muy pocos.
Recuerdo también que la Gran Vía fue, y siempre será, el sitio donde estaba Madrid Rock. Creo que para mí la Gran Vía dejó de tener aliciente alguno el día que cerraron Madrid Rock. El último disco que compré allí, 20 años y un día de Ñu. Nunca pensé que sería el último.
En fin, que esperemos que esto sea una mala enfermedad y que la Gran Vía vuelva a tener el esplendor que le ha quitado la modernindad consumista
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