martes, diciembre 31, 2013

47 Ronin


Acabo de regresar de una escapada de fin de año. Es algo nuevo en mi rutina navideña. Así que, ¿qué mejor que cerrar el año con una antigua tradición? Y eso, a falta de cerveza en un irlandés, es ir a la última sesión de cine del año.

La película ha sido "La leyenda del Samurai (47 Ronin)". Un Ronin básicamente es un samurai sin amo. La película se basa en una historia real en la que 47 samurais se convierten en ronin a la muerte de su señor y deciden vengar su muerte siguiendo su código bushido. 

No conocía la historia, así que el mayor atractivo de la película ha sido claramente el trailer.  Acción, leyenda, Japón y un poco de fantasía. Algo perfecto para mí. Y para pasar la sobremesas. No me ha decepcionado.

Se supone que el protagonista es Keanu Reeves, como un mestizo criados por unos demonios que se une a estos ronins. Pero la verdad es que, al igual que le pasara a Tom Cruise en "El Último Samurai", el co-protagonista japones se lo papea en pantalla, cosa que no es difícil porque precisamente Keanu no es el mejor actor del mundo.

Parece que los 47 están enterrados en Tokio, así que ya tengo otro motivo para volver.

Despidiendo el 2013

Quedan unas horas para que entre el 2014, el año del caballo. No va a ser una noche muy festiva para mí, pero intentaré que sea especial. Problema: hoy hay luna nueva y no deberían hacerse conjuros. Pero eso no quita para que encienda las velas, tome mis uvas y piense en que me gustaría que el nuevo año sea mejor que éste que nos deja.

Este año ha sido un poco extraño y como he comentado representa la muerte de mi viejo mundo. Una muerte lenta, inexorable, dolorosa y quizá necesaria para que llegue algo nuevo.

El 2013 no empezó demasiado bien, ya que me rompí el brazo patinando y estuve dos meses de baja, con una rehabilitación un poco lenta. Sin embargo, necesitaba ese parón para darme cuenta de lo acelerada que iba y cambiar mis hábitos. Dejé de tratar de llenar las horas para exprimir la vida y traté de buscar tiempos muertos, que son tan necesarios como los silencios en la música.

Durante esos meses de baja me di cuenta también de que toda mi vida giraba en torno al trabajo y que eso me estaba secando por dentro. Desde entonces he intentado de cambiar el foco y equilibrar las diferentes áreas de mi vida. Quizá ya no sea tan profesional y dedicada, pero a cambio he recuperado un poquito la ilusión.

A principios de año me surgió también la posibilidad de cambiar de vida y de marcharme a trabajar a otro país. Rechacé esa oferta, en parte por miedo, en parte por una serie de razones que creí importantes. No es que me arrepienta de mi decisión, pero las razones resultaron ser decepcionantes y he terminado llevando la clase de vida que podría haber hecho allí, pero sin la experiencia vital que me habría aportado. 

Por otro lado, mi hermana tuvo un bebé y eso es parte de las cosas que han contribuido a la muerte de mi mundo.

Dos de mis mejores amigos se marchan a México por dos años y eso también contribuye a dicha muerte.

Como en toda muerte, estamos solos. Creo que estoy en una etapa en la que debo aprender a estar sola y disfrutar de la soledad. No debería ser difícil para un lobo solitario como soy yo.  Pero a veces lo es y creo que también se debe a ese intento de control, junto con una valoración negativa y errónea de la situación. Afortunadamente, si en algún momento creo rozar la locura, siempre me queda el gimnasio, que se ha convertido en una especie de templo donde me purifico y me encuentro. Y de paso me hago físicamente más resistente, salvo algunos achaques colaterales. La clase de yoga, por ejemplo, me ayuda muchísimo a estar en un espacio suspendido en el tiempo en el que soy libre, sin ataduras, sin etiquetas, donde mi energía se manifiesta de una manera suave, fluida, pura. Así que ésta es una de las cosas que mantendré en el nuevo año, si mis achaques lo permiten.

Por lo demás, todo sigue igual. Casi mejor así. No necesito tormentas enormes, porque bastantes se libran en mi interior.

Y sin embargo, aún me aferro a los restos del naufragio. Es parte de esa necesidad que tengo de tratar de controlarlo todo, porque el control me da una falsa sensación de seguridad. Espero que en 2014 pueda liberarme de ella completamente. Pensar menos, sentir más, dejarme llevar más, como dice Lola. Precisamente es ese el mensaje que parece repetirse a mi alrededor últimamente, así que debería prestar atención.

No tengo proyectos para el 2014, pero sí la esperanza de algo mejor.

sábado, diciembre 21, 2013

Yule 2013


Hoy es un día muy especial: el soslticio de invierno. La noche más larga del año. Pero a partir de hoy la luz empieza a crecer y a hacerse fuerte. Y con la luz llegará la vida, una vida nueva y renovada. Así que Yule representa la promesa de la vida, la esperanza de que algo bueno ha de llegar. Dados los tiempos que corren, este mensaje de esperanza es de lo más oportuno.

martes, diciembre 17, 2013

La fábula de la mariposa

Aún quedan un par de semanas para el final del año, pero casi puedo hacer balance del mismo. Si tuviera que definir este año, lo llamaría el año de la mariposa. O más kafkianamente, el de la cucaracha. En todo caso, un año de metamorfosis, de cambio total. Cambio en el que soy un mero testigo: los agentes son externos, pero los efectos son internos. El mundo que conozco cambia y yo sólo puedo adaptarme a él. Pero la fractura de las viejas formas nunca es sencilla ni serena, pero así parecen ser los génesis.

Esto me recuerda una fábula que puede interpretarse de muchas maneras:

“Un hombre encontró un capullo de una mariposa y lo llevó a su casa para observar a la mariposa cuando saliera del capullo.

Un día notó un pequeño orificio en el capullo, y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder salir. El hombre la vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Parecía como que se había atascado.

Entonces el hombre, sintiendo lástima, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera corto al lado del agujero para hacerlo más grande, y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo. Sin embargo, al salir la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante, las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba.
Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Jamás logró volar.

Lo que el hombre, en su bondad y apuro, no entendió fue que la restricción de la apertura del capullo y el esfuerzo de la mariposa por salir por el diminuto agujero, eran parte natural del proceso que forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que alcanzasen el tamaño y fortaleza requeridos para volar.

Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privado su desarrollo normal.”

domingo, diciembre 15, 2013

La belleza de la simplicidad


"Gospel es Navidad". Ese es el lema del festival de gospel que se organiza estos días en Madrid. Debido a una apretada agenda sólo tuve opción de ir al espectáculo de ayer noche. En principio esperaba un gran coro como esos que salen en las películas americanas, así que fue una sorpresa descubrir que "The Friendly Travellers" eran un cuarteto. Sin embargo, desde la primera canción me di cuenta de que aquella iba a ser una actuación muy especial. 
Especial por la sencillez de la puesta de escena, limitada a un fondo estático de colores y a los focos que iluminaban al grupo, y por el hecho de cantar a capella sin ningún acompañamiento (un par de canciones con guitarra nada más). Especial por unas voces magníficas (señor, qué graves tan redondos y enormes), armónicas, bien empastadas, sin artificios, todas puestas al servicio de Dios, y de la audiencia. Fue toda una lección de canto: voces sueltas y libres pero bien ancladas, ágiles, bien cubiertas, bien impostadas, con gran control de toda la musculatura que lleva al canto, y llenas de emociones. Eso es tan difícil de lograr, y no obstante para ellos parecía sencillo y natural. Qué envidia más grande.
Como cabe esperar en una actuación gospel, el grupo hizo que la audiencia participara. Así que dimos palmas, cantamos y bailamos acompañando las canciones. Al principio costó que la gente se involucrara. Se ve que todo nos da vergüenza, que hemos perdido parte de nuestra espontaneidad y alegría. Pero finalmente la mayor parte de la sala terminó uniéndose a esa comunión musical. Fue sencillamente genial y me lo pasé como una enana. En algunos momentos hasta llegué a emocionarme un poco por culpa de las letras. Creo que todos podemos sentirnos identificados con algunas de ellas, porque en algún momento podemos sentirnos necesitados de esa ayuda divina y pedir a Dios que busque nuestro corazón. De cara a Navidad me parece un mensaje hermoso.

domingo, diciembre 01, 2013

Liberando mochuelos

Hace unos meses aparecía en la web de crowfunding Verkami una campaña para la asociación Brinzal. El objetivo: recaudar 3000EUR para financiar una "ambúholancia", un vehículo de segunda mano destinado a recoger y asistir aves rapaces nocturnas heridas o huérfanas. El objetivo se alcanzó en junio de este año y aquí se puede ver el popular vehículo:

Como recompensa al mecenazgo, estaba la posibilidad de participación en una de las sueltas de aves recuperadas en el centro. Esto ha ocurrido esta misma tarde y yo he tenido el privilegio de poder liberar a uno de los ocho mochuelos que poblarán desde hoy el valle del Tajuña. La suelta forma parte de un proyecto llamado "Un mochuelo en cada olivo" de la misma Brinzal, que intenta recuperar esta amenazada especie.

El mochuelo no es una rapaz especialmente grande. Son aves simpáticas, de plumaje suave color pardo, y con la misma expresión y viveza que todas sus hermanas. Tener una en las manos ha sido realmente emocionante, así como poder dejarla ir, y verla marchar en el horizonte en busca de un futuro que espero sea realmente bueno.

Me gustaría poder participar en más sueltas como ésta. Sería posible apadrinando a alguna de las aves del centro. Anteriormente he sido madrina de alguna rapaz en Amus, pero al estar en Extremadura, es más difícil poder participar con ellos. Pero ahora estoy muy volcada con varias asociaciones protectoras de gatos, que también necesitan mucha ayuda. La verdad que hay muchísimos grupos de protección animal y todos necesitadísimos de ayuda económica. Me gustaría poder hacer más.