Para los que hemos morado en tinieblas la luz es un regalo precioso al que no queremos renunciar. Pero resulta difícil resistirse a la oscuridad y a su poderosa atracción que trata de mantenernos en su lado. Es necesario luchar cada día con fuerza para mantenerse firme y no dejarse arrastrar. Es muy difícil y agotador, pero merece la pena, porque vivir un momento de felicidad, aunque sea efímero, es un triunfo eterno que recordaremos cada vez que la sombra cubra nuestra alma.
Muchas veces me pregunto cómo llegué a esto. De pequeña me recuerdan como alegría pura. ¿Cuándo cambié? ¿Qué me cambió? ¿Cómo no me percaté de ello? La oscuridad es atractiva, mucho, pero esconde un veneno ponzoñoso en su interior: la esclavitud y la destrucción. Pero nunca es tarde para volverse hacia la luz. A ser positivo también se aprende. Todo es cuestión de práctica. Al final, reeducando nuestra mente, nos cambiamos a nosotros y nuestra realidad. Ese es mi poder y mi libertad. Lleva tiempo y esfuerzo, pero ¿no es mejor intentarlo y fracasar que compadecerse pusilánimemente?
1 comentario:
Parece ser que el Mundo Real (y sobre todo a partir del súbito cambio en el modo de vivir dentro de él) produce ese efecto.
No estás sola, creo que a mí también me ocurrió. Y no sólo eso, sino que el efecto creo que se va acrecentando.
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