jueves, enero 26, 2006

¡Qué mono es!


El la edición de ayer de El País venía un artículo curioso que decía que los humanos poseemos una sensibilidad aguda ante los rasgos que recuerdan a un bebé. Según el estudio, tenemos un criterio bastante permisivo y que cualquier cosa que nos recuerde a un bebé o parte de él nos parecerá mono. Las características básicas para que algo sea mono serían: unos ojos brillantes, orientados al frente y situados a baja altura en una gran cara ovalada, unas voluminosas orejas redondas, unas extremidades blandas y un balanceo de lado a lado al andar, entre muchos otros. Y se prefiere lo redondeado en lugar de lo escultural, lo suave en lugar de lo refinado, lo torpe en lugar de lo rápido. Cuanto mayor sea el número de rasgos monos que posea un animal u objeto mayor será la reacción.

Según esas descripciones ¡soy monísima! Y esto me trae a la mente al señor Manu Arenas, que decía que yo tenía cara de cachorro por mis ojos grandes. Según su teoría (y hay que tomarla con cuidado procediendo de él),los ojos grandes llaman más la atención. Por eso bebés nacen con ojos grandes, para captar la atención de sus madres. Después, según crecemos, nuestros ojos van adecuándose al tamaño de la cara y perdiendo importancia. ¿Eso es cierto? Pues no lo sé. Pero es cierto que mis ojos han llamado siempre la atención de la gente.


De todas maneras, la monería, como todo, es subjetivo. A mí me encantan los bulldogs, me parecen monísimos. Y sin embargo Diego los considera unos engendros del infierno por feos. De hecho estoy segura que los hombres que tienen bulldogs no los compran por monos, sino por fieros ¿Se diría que hombres y mujeres tenemos una concepción diferente de lo que es mono?


En el estudio no se indica, pero estoy segura de que sí. De hecho (sin pretender ser feminista) la supervivencia del bebé está más ligada a la madre que al padre, por lo que el bebé debe captar más su atención y la madre debe estar biológicamente más sensibilizada a los rasgos del bebé. Y si no tenemos el claro ejemplo de los peluches. Una mujer ve un peluche y se lanza a achucharlo y a acariciarlo; un hombre jamás haría eso, aunque me pregunto si no sienten también esa pulsión y la reprimen.


http://www.elpais.es/articulo/elpfutpor/20060125elpepifut_1/Tes/%A1Qu%E9%20mono%20es%21

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