martes, septiembre 30, 2008

Pongamos que hablo de París

No puedo dormir pensando en la reunión de mañana. Es muy probable que esté dramatizando una vez más. Me cuesta soltar las riendas y dejar ir las cosas. Mi falta de fé debe ser ofensivo a los ojos de dios. Pido perdón por ello: no puedo relajarme. Mientras Morfeo llega a mi cama a acunarme, me entretengo con Internet. El riesgo proviene de los iones positivos de mi pantalla. Pero quiero hablar de mi estancia en París.

Hace diez años que vine por primera vez. Esta es la segunda. En todo ese tiempo, parece que París no haya cambiado en lo esencial. Sigue siendo la misma ciudad, pero en otra época del año. No somos conscientes de lo importante que es la elección del mes en el resultado del viaje. Nos empeñamos en viajar en verano, pero creo que el otoño es mejor estación. Es como la luz del atardecer, que embellece la vista más que la de la mañana. El otoño le sienta bien a París. El tiempo acompaña.

Inciso a título informativo: "crepes" y "galettes" no son lo mismo, aunque son primas hermanas. Yo prefiero las primeras.

Los parisinos no han mejorado mucho su inglés. Me resulta más efectivo comunicarme en francés con ellos; y eso que mi conocimiento de esta lengua es casi nulo. Me he sorprendido a mí misma recordando expresiones que tenía olvidadas en el recuerdo de aquellas clases de la Alianza. Me voy apañando, aunque creo que el mérito es más suyo que mío, por hacer el esfuerzo de entenderme. Para que luego digan que los franceses son poco serviciales (tema de conversación de la cena "de gala" del SRC)

Vamos a decirlo claramente: los franceses (o los parisinos, mejor dicho) son raros. Y su sentido del humor es raro. Creo que intentan ser irónicos, pero no les pillamos el punto. Es complicado transmitir la ironía cuando se está fuera de contexto. Por lo menos, los recepcionistas de hotel deberían abstenerse de hacer este tipo de comentarios para evitar malos entendidos.

Chovinistas también son. Entiendo su interés por preservar su lengua, pero resulta incómodo y poco práctico. Las sesiones del SRC habrían sido más sencillas si hubiesen asumido que el inglés es la lengua franca, especialmente en eventos internacionales. El utilizar los dos idiomas indistintamente sólo ha consumido tiempo y dinero de traductores (pobres, que también tienen que comer), y paciencia para el resto de los que sólo nos manejamos en una de ellas y tenemos que encender y apagar el traductor a todas horas. Si no fuese tan vergonzosa habría hecho una pregunta en español sólo para ver la cara que se les quedaba; ganas no me han faltado. Encima tienen la facha de pedir nuestra valoración de 1-5 en facilidad para entenderte en tu propio idioma: jajajaja, qué bueno. Son tan graciosos...

Claro, que los españoles también somos muy nuestros (seamos justos). ¡Qué forma de hacer piña! Se supone que estas reuniones son para hacer amiguitos, pero nos empeñamos en juntarnos todos y marginarnos de los guiris. Ayer en la cena de gala pasó eso. No sólo nos marginamos (que estaba claro que iba a suceder), sino que encima pusimos distancia entre ellos y nosotros, subiendo a la entreplanta donde no había nadie más que nosotros. "La colonia española", como decía una. Ay, madre. Y dando la nota siempre.
Lo siento, pero hay cosas que yo no entiendo, que no comparto, y que me hacen sentir vergüenza ajena. No debo ser muy patriótica, vamos. Afortunadamente para mí, me camuflo con el entorno.

A dormir...

2 comentarios:

Crisis@Madrid dijo...

Hola guapetona.

Seguro que la conferencia te va a ir muy bien :)
Esta tarde intenta disfrutar de la ciudad y vete a celebrar que mañana no curras JEJE.
Y...¡No te comas tanto el tarro que no tienes por qué!

Besotes,
KIKI

Dave The Rake Goldman (bad to the bone) dijo...

Oye, te ha quedado bonita la entrada.

La verdad es que no sé muy bien cómo son los franceses, en mi trabajo mi relación con los que trabajé era simplemente correcta, aunque a uno le llamábamos Alf porque parecía venido de Melmak. Pero por ejemplo se da el caso de algunos que tras dos años en España no hablaban ni jota.

Yo estoy de acuerdo en lo de preservar la lengua propia, pero como tú dices el inglés ahora mismo es una lengua universal, y tenemos que aprovecharnos de ello. Muchas veces lo digo aunque la gente se me echa encima, peor creo sinceramente que para crear una unión en este país deberíamos empezar por la lengua, y ahora mismo podríamos aprovechar el inglés para ello, y hacerlo lengua oficial. Es evidente que es una utopía, pero puede que en un futuro fuese posible. No sé, a mí me parece simplemente mágico el hecho de tener amigos en Australia, Holanda, Finlandia y poder entenderme con ellos.