He dejado a Isa en el AVE y me he dirigido a ver las tortugas del jardín tropical. El estanque es grande para la gran cantidad de ellas que hay y parece que les han adaptado una pequeña playa y otros montículos rocosos, donde pueden salir a descansar. A priori parece una escena idílica que da un toque peculiar a la estación. Pero sólo es una apariencia. ¿Alguien alimenta a estos pobres animales? ¿Se renueva el agua donde habitan? ¿Están sanas o sufren de avitaminosis? Para mí esto es otro ejemplo de irresponsabilidad humana respecto a sus mascotas. Se compran tortuguitas de apenas unos centímetros que empiezan a crecer a poco que se cuiden decentemente. Entonces se vuelven una carga y las abandonamos a su suerte, que no puede ser más que la muerte por inanición, muerte por enfermedad, o la más dura de las supervivencias a base de canibalismo y la ley del más fuerte en unas condiciones anti-natura. Y eso nos parece divertido. Somos una especie abominable.
miércoles, marzo 10, 2010
Las tortugas de Atocha
He dejado a Isa en el AVE y me he dirigido a ver las tortugas del jardín tropical. El estanque es grande para la gran cantidad de ellas que hay y parece que les han adaptado una pequeña playa y otros montículos rocosos, donde pueden salir a descansar. A priori parece una escena idílica que da un toque peculiar a la estación. Pero sólo es una apariencia. ¿Alguien alimenta a estos pobres animales? ¿Se renueva el agua donde habitan? ¿Están sanas o sufren de avitaminosis? Para mí esto es otro ejemplo de irresponsabilidad humana respecto a sus mascotas. Se compran tortuguitas de apenas unos centímetros que empiezan a crecer a poco que se cuiden decentemente. Entonces se vuelven una carga y las abandonamos a su suerte, que no puede ser más que la muerte por inanición, muerte por enfermedad, o la más dura de las supervivencias a base de canibalismo y la ley del más fuerte en unas condiciones anti-natura. Y eso nos parece divertido. Somos una especie abominable.
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1 comentario:
Hola wapa
Con eso de que me tocó ir a Barna en AVE, también vi las tortuguicas de Atocha. Son monísimas y pegan mucho con la decoración.
Respecto a quien las alimenta, ya sabes la respuesta: nadie. Quizá algún viajero les tire un poco de pan, pero vamos que creo que se dedicarán al canibalismo y no creo que siempre, ya que el otro día vi pececillos (aunque no creo que sea suficiente para todas las que son y dados sus tamaños).
Respecto a la raza humana, sí, somos unos irresponsables que cuando una cosa en muy mona la compramos sin ton ni son, sin percatarnos que quizá le estamos haciendo un perjuicio a la criaturita. Muy mal, todos esos que abandonan a sus tortugas una vez éstas crecen.
Bss,
KIKI
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