martes, junio 01, 2010

Hellsinki.

En unas horas estaré en un avión camino a Turku, la antigua capital de Finlandia. Toca madrugar, pero no me importa porque la compensación está en alejarme de Madrid por unos días. Cierto que voy por trabajo, pero el tiempo efectivo se reducirá a los 20 minutos de mi presentación. El resto será todo para mí, aunque me encuentre metida en alguna conferencia coñazo. Siempre podré echar una cabezada o escabullirme, aunque tengo curiosidad por las presentaciones de foresighting.

Necesito salir de aquí porque me estoy asfixiando. Uno de mis proyectos está acabando, pero no termina de cerrarse. Los socios han decidido que es la coordinadora quien tiene que ocuparse de los cabos sueltos y me hallo sobrecargada. Estoy hasta las narices de tan escasa colaboración, aunque también estoy enfadada conmigo misma por ser tan rematadamente gilipollas y dejarme arrastrar por mis propias exigencias. Además, creo que no aguanto bien la presión.

Así que a pesar de mi "modo viaje" me alegro de tener uno, lo cual es una novedad. No conozco Finlandia, así que me hace ilusión, aunque ya me han avisado de que Helsinki es fea, muy soviética. Me han recomendado Tallin, pero está descartado porque no hay tiempo para una visita express. He visto que cerca de Hellsinki hay un pueblo llamado Poorvoo, que parece el típico pueblo nórdico de casas de madera pintadas de rojo. A malas, siempre habrá algún pub donde echarme una cerveza. Eso espero.

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