Parece mentira que el verano esté a punto de entrar con el fresquito que tenemos a estas alturas del año. Pero a las 13.28 de mañana el sol entrará en el signo de cáncer, abriendo la estación estival. Para conmemorarlo hay muchas actividades disponibles en Madrid.
Una de ellas tuvo lugar ayer mismo en el planetario de Madrid una observación del cielo de verano para identificar las constelaciones más típicas de estas fechas: Hércules, el cisne, el águila o la lira. La observación iba precedida de una sesión introducctoria para ayudar a la gente a situarse en el cielo y comprender el fenómeno del soslticio.
Aunque la sesión me pareció muy orientada para niños, también resultó interesante. Por ejemplo, no es lo mismo leer sobre el arco del sol el día del solsticio o verlo representado en un plano (como sucede en los libros) que poder ver una representación tridimensional del mismo. Tampoco es lo mismo leer sobre la rotación de la Tierra, que poder experimentarla. Es cierto que esto podríamos verlo cada día con la mera observación de los astros, pero su movimiento es demasiado lento (y al mismo tiempo es tan veloz) para poder vivirlo de la manera en que las animaciones del planetario lo representan.
Una experiencia altamente recomendable, aunque ya pasada. Para aquellos que todavía quieran celebrar un solsticio especial, pueden esperar a la noche de San Juan el próximo día 23. Aunque Madrid no sea especialmente famosa por sus celebraciones, se puede disfrutar de hogueras en ciertos puntos como el parque de la Cornisa, el parque de San Juan (Ciudad Lineal) o el barrio de Hortaleza, donde poder quemar lo antiguo.
Una de ellas tuvo lugar ayer mismo en el planetario de Madrid una observación del cielo de verano para identificar las constelaciones más típicas de estas fechas: Hércules, el cisne, el águila o la lira. La observación iba precedida de una sesión introducctoria para ayudar a la gente a situarse en el cielo y comprender el fenómeno del soslticio.
Aunque la sesión me pareció muy orientada para niños, también resultó interesante. Por ejemplo, no es lo mismo leer sobre el arco del sol el día del solsticio o verlo representado en un plano (como sucede en los libros) que poder ver una representación tridimensional del mismo. Tampoco es lo mismo leer sobre la rotación de la Tierra, que poder experimentarla. Es cierto que esto podríamos verlo cada día con la mera observación de los astros, pero su movimiento es demasiado lento (y al mismo tiempo es tan veloz) para poder vivirlo de la manera en que las animaciones del planetario lo representan.
Una experiencia altamente recomendable, aunque ya pasada. Para aquellos que todavía quieran celebrar un solsticio especial, pueden esperar a la noche de San Juan el próximo día 23. Aunque Madrid no sea especialmente famosa por sus celebraciones, se puede disfrutar de hogueras en ciertos puntos como el parque de la Cornisa, el parque de San Juan (Ciudad Lineal) o el barrio de Hortaleza, donde poder quemar lo antiguo.
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