martes, noviembre 22, 2011

Opeth - Sala Penélope

Aún no me explico cómo pude acabar en el concierto de un grupo que no sigo y cuya música tampoco me llena. Pero ahí estaba yo la noche del sábado preguntándome a mí misma qué pintaba yo allí. Fue una total pérdida de tiempo que podría haber empleado en dormir y recuperarme de una dura semana.

El grupo estuvo impecable, aunque un tanto soporífero. Más allá de eso, lo peor con diferencia fue la organización. Primeramente, la sala Penélope (primera vez que veía un concierto en ella) no me parece adecuada para dar un concierto. Es pequeña y no reúne condiciones. Y tiene una pedazo columna en medio de la pista que impide cualquier visión del escenario si te quedas atrás y escorado, como fue mi caso. Si a eso añades volumen bajo del sonido y gran intensidad lumínica, tienes una atmósfera que no llama a sumergirse en el concierto, por desconocidos que sean los temas.

Segundo, creo que se vendieron más entradas de las que permitía el aforo. Dentro estábamos como piojo en costura. Incomodísimos. Es más, es probable que mucha gente se quedó sin ver el concierto porque se hablaba de la presencia de policía a las afueras del recinto y de reclamaciones. Sin poder verificarlo, lo que sí puedo decir es que detrás de donde estabábamos nosotros haciendo cola se formó otro grupo tan grande como el que teníamos por delante. Detrás de mí no entró tanta gente (o así me pareció), así que me creo que se haya podido organizar algún problema por falta de aforo. Si es cierto, es una vergüenza: overbooking en los conciertos.

Y para colmo, la apertura de puertas comenzaba a las 20:00.  Como queríamos ver a los teloneros (Pain of Salvation), fuimos sobre esa hora a las puertas, pensando que entre la apertura de puertas y el comienzo de los PoS habría tiempo más que de sobra. No sé a qué hora cruzamos las puertas de la discoteca, tampoco me pareció una eternidad (¿quince minutos quizá?), pero ¡los teloneros estaban acabando el concierto! Dios, ¿a qué hora empezaron?A mí me daba un poco igual, la verdad, pero el resto estaban un tanto frustrados, cosa que se agravó durante el concierto de Opeth.

En resumen, un cúmulo de despropósitos. Lo único bueno que he sacado es una camiseta con el logo tan chulo que tiene el grupo.

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