"And in that moment, I swear we were infinite."
Quizá una película pueda resumirse en una frase, y esta frase es precisamente a la que aplica a esta película. Es una frase que describe el momento de cualquier vida, ese momento en el que todas las piezas cuadran, cuando todo tiene sentido, cuando las malas experiencias parecen desaparecer, y sentimos que estamos donde debemos estar, que pertenecemos a algo y sentimos nuestra esencia. No son muchos los momentos en los que sentimos esa magia, pero existen. Esos momentos son los que dan sentido a nuestra vida.
Pero a pesar del mensaje positivo, la película es un poco agridulce. No es una película perfecta y tiene aspectos que cuesta encajar (como el homenaje al Rocky Horror Picture Show) o entender, como ese trauma americano con los institutos y sus estereotipos, pero aún así es una película emotiva y agradable, donde se exalta la amistad como apoyo del individuo. La banda sonora es estupenda, con ese "Heroes" de David Bowie, considerada la "canción perfecta" y que pondría la música a esa frase del inicio. Y para nostálgicos: esas cintas de cassette grabadas a mano con nuestras canciones favoritas.
Estoy deseando leer el libro.
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