jueves, octubre 01, 2015

Orphaned Land (y la libertad de expresión)

Tras un auténtico día de mierda, finalmente decidí ir al concierto de Orphaned Land (OL). No es mi grupo favorito, pero su música me resulta diferente, dentro del abanico metalero. Para mí son una especie de grupo metal folk pero de tintes mediterráneos y árabes. Para no seguirlos demasiado, ya son unos cuantos los conciertos a los que he ido. Y siempre bien. Éste no ha sido una excepción.

Mi sorpresa llegó cuando supe que el concierto iba a ser acústico. Los conciertos acústicos me dan mucha pereza, aunque luego suelen ser bastante buenos y diferentes. Recuerdo el concierto acústico de Moonspell en el Wacken y fue una pasada, sobre todo porque sonaban muy distintos a lo que es su estilo. En el caso de OL la diferencia no es tan abismal.

Cuando llegamos a la sala Caracol los primeros teloneros estaban en el escenario. Eran cuatro chicas y un chicos ataviados al estilo gótico, pálidos, esbeltos. Como vampiros. "Molllust".  Su música es inclasificable. Yo no diría que es gótico siquiera. No es como esos grupos tipo Sirenia o Tristania, que dicho sea de paso tampoco tengo muy oídos. Es más un estilo de música de cámara disfrazada de gótico. Ya cualquier cosa entra en el paraguas metalero. La música también resultaba un tanto perturbadora.

Las rarezas de Molllust dieron lugar a un chat en el whatsapp con el grupo de conciertos donde empezamos a bromear sobre temas varios, como por ejemplo, la cohabitación de un grupo alemán con un grupo israelí.

Tras Molllust llegarían Stimmgewalt, un estilo totalmente diferente. Estos son más tipo "Van Canto", cantando a capella. Empezaron con una versión del "Engel" de Rammstein, pero todas las referencias metaleras terminaron allí. Después pasaron a temas más folclóricos más o menos populares. Cantaban realmente bien, muy bien empastados, muchos registros simultáneos, pero realmente no entendía qué pintaban allí. Hasta que vi que se quedaban en el escenario a hacer los coros de OL.

El concierto de OL, como digo, muy bien. Cantaron mi canción "The Beloved's Cry", aunque una versión más extendida y sin acompañamiento femenino, lo cual me resultó raro teniendo voces increíbles en el grupo invitado. Por ello no considero que quedara redonda. En cambio "Brothers" fue una pasada. Qué canción más bonita.

Y entonces sucede la cosa más surrealista de todo el concierto. OL paran de tocar para hacer un descanso y ceden una canción a Stimmgewalt. Un miembro del grupo pide al control de luces que ilumine al público, y señalando a un chico le dice que su camiseta lleva la palabra "Wehrmacht" escrita. Le alecciona sobre su significado (el ejército de las SS), le reprocha que la lleve, y le aconseja que para la próxima vez piense dos veces lo que hace.

Yo me quedé loca. Fue muy violento.

El chico se puso a la defensiva y le espetó que éste (España) era un país libre. Entiendo su reacción porque no esperaría quedar en "evidencia" en medio de un concierto. No creo que el chico eligiera la camiseta porque quisiera reivindicar el Tercer Reich, simplemente es una camiseta más o menos "cool" que te pones para decorar tu identidad (más que reafirmarla). Hay muchas de éstas dentro del ámbito metalero con mensajes más o menos transgresoras: "antisistema", "satanismo", "genocidio" y demás. Sinceramente, no creo que nadie esté defendiendo esto precisamente. Hasta yo tengo una cruz de hierro (ahora me siento mal por ello). 

Pero, como decía Miguel, quizá para un alemán ver ese símbolo resulta mucho más ofensivo que para nosotros, especialmente en un concierto donde los cabeza de cartel son israelíes (que no sé si judíos todos). Es algo parecido a ver el águila de San Juan en las banderas españolas y recordar las connotaciones del franquismo. Aunque hay una diferencia notable: los nacionales ganaron en España y esos símbolos han estado presentes más de cuarenta años en nuestra sociedad. Es verdad que causan impacto, pero no el sentimiento de vergüenza colectivo que pueda tener un alemán respecto a los suyos. O eso me parece.

Esto abrió un mini-debate que no llegó a elaborarse. En mi cabeza sí, aunque sin conclusión clara. Por un lado, sin conocer el sentido de un símbolo la controversia no existe. Pero en esto supongo que aplica la máxima: "el desconocimiento de la ley no exime de responsabilidad". Sí, somos responsables de los mensajes que transmitimos, los compartamos o no, porque el receptor del mensaje no tiene la capacidad de leer nuestra mente para discernir tanto. Así que hay que tener cuidado con lo que elegimos en nuestras camisetas, o las bromas que hacemos.

También en algunos casos se critica desde la ignorancia, como cuando se tachaba al metal de "satánico", sin siquiera haber leído las letras de las canciones. Por ejemplo, Iron Maiden. Sólo porque una de sus portadas hace referencia al número de la bestia y el diablo aparecía en ella. Es cierto que el metal ha explotado y se ha beneficiado en cierto modo de esa imagen de chicos malos y proscritos, pero no creo que lo promueva realmente. Excepto quizás cuatro tarados del black metal.

En otros casos, parece que hay ciertos colectivos que parecen dotados de una hipersensibilidad especial, que no admite ni siquiera ciertos mensajes, aunque sea una broma. Mucho menos la crítica.

Y por último, hay circunstancias donde a sabiendas de que algo está mal, te callas. Vemos actitudes en la gente que son reprochables, pero no las censuramos por que consideramos que no es asunto nuestro. Así dejamos que el mensaje y sus efectos se vayan propagando libremente hasta que llegamos a situaciones como las que Bertol Brecht expresaba en su poema, cuando ya es demasiado tarde.

"Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. 
Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó. 
Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde". 


Así que para mí tiene mucho mérito que el chico de Stimmgewalt alzara su voz y criticara algo que consideraba malo, que en el fondo es malo. Quizás fue algo brusco, pero ello no invalida el fondo de su argumento.

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