domingo, febrero 14, 2016

Spotlight

Por una vez, el plan de las Arpías fue diferente. En vez de la sempiterna cena, un cine. Y eso que el día lluvioso únicamente incitaba a la pereza y a quedarse en casa. Cuando Ali propuso el cine, me dio miedo la película que escogeríamos para ver. Algunas de ellas son demasiado culturetas para mí, y sinceramente, las películas sesudas me apetecen con cuentagotas. Pero cuando propusieron "Spotlight" respiré aliviada. Por supuesto, la experiencia social sí se ajustó a la norma: siempre nos pasa algo insólito y surrealista. Pero no lo contaré aquí.

"Spotlight" es el nombre de un grupo de investigación del periódico The Boston Globe. Cuando llega un nuevo editor jefe a la redacción les plantea empezar a investigar la denuncia de un abogado que acusaba al arzobispo de Boston de haber ocultado varios casos de pederastia. Una denuncia social al que apenas se le dedica unas líneas en una columna de opinión. La investigación empieza con sumo cuidado dada la influencia de la Iglesia católica en la ciudad, que prácticamente controla todos los recovecos del sistema. Los periodistas contactan con el abogado y algunas de las víctimas, y empiezan a tirar del hilo, que termina destapando un gran escándalo a nivel estatal.

La trama revela casos sistemáticos de pederastia, la mayoría en familias desestructuradas donde el peso de la Iglesia es enorme. Casos que quedan cubiertos al amparo de los múltiples intereses, desidia, y negligencia de todos los poderes fácticos, de toda la comunidad de Boston, así como del sentimiento de culpa y vergüenza de los afectados. La trama llega a verse afectada por los acontecimientos del 11-S del 2001 y los tiempos necesarios para publicar la historia dentro del marco de sensibilidad de una nación traumatizada por los mismos, que necesita aferrarse a su fé para seguir adelante.

La auténtica protagonista de la película es la propia historia, que está tratada con gran cuidado. La película plantea los hechos, sin llegar a ser desagradable o a supurar inquina, aunque señala claramente la culpa de la Iglesia y de la sociedad como responsables de los mismos. El reparto coral apoya la trama gracias a grandes actuaciones, muy medidas y equilibradas. Muy recomendable.

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