jueves, febrero 23, 2006

Mäelstrom

Estamos en el ojo del Mäelstrom, luchando por no ser arrastrados por la corriente. Nunca me gustaron los remolinos, pero no tengo alternativa más que capear el temporal. Por ahora. La salvación sólo depende de pequeños cambios de consecuencias enormes que no resultan fáciles de provocar. O tal vez es más sencillo de lo que me parece. En medio de la desesperación la mente encuentra salidas inverosímiles, imperceptibles en otras circunstancias.

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