En esta época de consultas me he dado cuenta de que es muy difícil obtener un consejo objetivo.
A pesar de que la gente normalmente trata de actuar de buena fé, terminan por perder la perspectiva y por trasladarte sus propios miedos, ilusiones, anhelos y esperanzas. Me resulta curioso que tenga que ponerme a rebatir yo los argumentos de otra persona para tratar de centrar las ideas que se supone tienen que ayudarme a mí.
También me he dado cuenta de que la gente tiende a alinearse con los estados de ánimo que uno porta cuando solicita consejo. No es tanto que tengan miedo a la reacción que desencadena la verdad, es más bien un contagio emocional que distorsiona una opinión.
Cosas de la empatía. La razón es verdaderamente una utopía.
Aún así, no considero esta actividad baldía. A fuerza de preguntar a otros, uno termina escuchándose a sí mismo, esa voz interior que nos habla y nos guía desde nuestro interior. Sinceramente, creo que conocemos las respuestas a todo lo que tiene que ver con nosotros, pero nos cuesta sacarlas a la luz.
A pesar de que la gente normalmente trata de actuar de buena fé, terminan por perder la perspectiva y por trasladarte sus propios miedos, ilusiones, anhelos y esperanzas. Me resulta curioso que tenga que ponerme a rebatir yo los argumentos de otra persona para tratar de centrar las ideas que se supone tienen que ayudarme a mí.
También me he dado cuenta de que la gente tiende a alinearse con los estados de ánimo que uno porta cuando solicita consejo. No es tanto que tengan miedo a la reacción que desencadena la verdad, es más bien un contagio emocional que distorsiona una opinión.
Cosas de la empatía. La razón es verdaderamente una utopía.
Aún así, no considero esta actividad baldía. A fuerza de preguntar a otros, uno termina escuchándose a sí mismo, esa voz interior que nos habla y nos guía desde nuestro interior. Sinceramente, creo que conocemos las respuestas a todo lo que tiene que ver con nosotros, pero nos cuesta sacarlas a la luz.
2 comentarios:
Pues sí. Yo mismo me siento estos días en una situación que debería llevarme a solicitar consejo. Factores que quizá resultaría complicado reconocer o simplemente formular con claridad, lo dificultan (pero puede ser cobardía, dificultad para exteriorizar un mundo interior confuso y a veces turbulento que uno mismo no sabe interpretar, pesimismo acerca del futuro...). Quizá la empatía sea algo que suceda de forma inevitable, pero en mi caso concreto, creo que aceptaría de buen grado el paquete entero de la interacción, donde las ideas racionales vienen entremezcladas de sentimientos de la otra parte (o de ambas partes). Lo admitiría en cuanto confirmación de un fenómeno característicamente humano.
Ojalá pudiese escuchar con claridad esa voz interior que apuntas. Tras un día de oscuridad, sólo sé que me dice que vivo un período de transición profunda, aquella en que lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de llegar. Suspendido en tierra de nadie, la incertidumbre me domina y la angustia me oprime porque no encuentro asideros para corroborar que eso nuevo, tan anhelado como improbable, vaya a llegar o se vaya a quedar sin pasar de largo...
Muy intreresante tu reflexión, y acertada también. Como dices al final de la reflexión, lo bueno de que unos y otros transmitamos nuestros miedos y anhelos en nuestras opiniones es precisamente lo que dices, que te lleva a tener que rebatir y eso ayuda en cierto modo a distanciarse de la idea preliminar. Es decir, te hacer realizar contra-argumentos que te llevan a ver mejor lo bueno o malo de la idea que te rondaba la cabeza.
Lo que es cierto es que siempre tenemos la decisión tomada de antemano... pero muchas veces o nos jode o nos da miedo admitir esa respuesta.
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