Me habían prometido un domingo dominguero, pero me mintieron. Son los problemas de ir con dos adictas del deporte. Las dos embarazadas, a pocas semanas de dar a luz, pero siguen con ganas de marcha.
La idea era ir de la Boca del Asno a Los Asientos. 4km de marcha efectiva. Pero nos hemos equivocado de dirección y hemos terminado yendo en dirección Navacerrada, que era donde creíamos que estaban Los Asientos. El camino precioso: paralelo al río (con pozas ^_^), sombrío, sin apenas desnivel. Pero mal señalizado. Si bien en los primeros tramos sí aparecían postes indicadores de una GR (la cual por cierto soy incapaz de ver ahora en el mapa etiquetada como tal), han desaparecido pronto. El ir paralelo al río y a la carretera eran una garantía de orientación, hasta que han aparecido las bifurcaciones. En un momento dado creo que hemos tomado un camino equivocado y eso nos ha llevado donde menos esperábamos. Según el mapa, juraría que hemos salido al Puente de la Cantina, es decir, unos 2,6km en línea recta, pero unos más sobre el mapa (si estoy interpretando bien).
Podríamos haber dado la vuelta, pero no sé por qué hemos considerado que era mejor opción bajar por la carretera. Sin arcén. Parando cada vez que venía un coche en nuestro lado (en sentido contrario al tráfico) e intentando protegernos en los quitamiedos. Por un rato he llegado a comprender a los ciclistas. Pasado un rato, hemos visto que podíamos bajar el talud de la carretera y volver al bosque. Entonces ha sido cuando me he dejado la pierna en el guardarraíl. Qué dolor y qué bollo me he hecho. Menos mal que tengo la antitetánica de hace unos años. Me va a quedar señal seguro. Y ¿para qué? ¡Para volver al camino de antes! Bueno, mejor así, camino conocido, más seguro.
La recompensa en este caso: una buena comida dominguera en una de las mesas y un chapuzón en una poza.