Quería llegar al puerto
de la Morcuera desde el puerto de Canencia. Estaba decidida a ello y
me lo he propuesto esta mañana. Mi fallo ha sido no tener en cuenta
la distancia, aunque si llego a saberla antes quizá no hubiera
emprendido el camino. Pensaba que la Morcuera se hallaba a 5km de
Canencia, pero en realidad se halla a 11km. Cuando he pasado el hito
de 6km me he empezado a mosquear, pero no ver el hito de 7km y no ver
el final del pinar me han decidido a regresar. Hay que saber cuándo
darse la vuelta.
No puedo considerar no
llegar como un fracaso, a pesar de no alcanzar mi meta. He andado
unos 12km en total entre la ida y la vuelta y eso para mí es
bastante. En realidad creo que con más tiempo y con algo más de
comida a cuestas habría podido alcanzar mi objetivo porque me sentía
bien de pulsaciones y respiración, aunque también hay que añadir
otros factores limitantes: mi sobrepeso, mi falta de resistencia y
sobre todo las lesiones, que me han estado fastidiando todo el
camino.
Aún así la ruta ha
merecido la pena. Es bastante más asequible que el Camino Schmidt y
prácticamente hay sombra durante todo el trayecto, siempre y cuando
se haga temprano. La pista es buena, está bien señalizada por la
GR-10.1 y apenas hay desnivel. Además empezando desde Canencia el
camino es agradecido porque la vuelta es prácticamente cuesta abajo.
La senda tiene además algunas fuentes donde poder abastecerse de
agua, y varios arroyos donde poder refrescar los pies. Animales he
visto poco, salvo los salvajes de los ciclistas de montaña. Entre la
vegetación, además de los pinos, es posible ver algún abeto,
roble, acebo y serbal de los cazadores; me falta por identificar un
matorral bastante abundante.
Ahora me siento un poco
cansada, así que mañana en el gimnasio tendré que tomármelo con
calma.
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