Hace una semana me hallaba recorriendo las calles de Trondheim (Noruega central) intentando ganarle la partida a la oscuridad. Trondheim no es una ciudad grande y prácticamente se puede recorrer en un día. Pero en esta época, pese a que el Equinoccio tuvo lugar hace unos días, la noche llega sobre las 19.00, así que hay que aprovechar bien las horas de luz.
Eso cuando la lluvia lo permite. Ha llovido todos los días y la temperatura media era de 9ºC de máxima. Un poco diferente a lo que esperaba (qué ingenua). Pero para mi fortuna, el sol decidió salir el domingo. ¡Qué diferencia de país bajo el sol! Es tan verde, tan bonito, tan distinto. Ahora en otoño además contamos con el atractivo de los árboles cambiando el color de sus hojas. Todavía no es algo radical, así que el verde combina con el oro en una mezcla única. Y ¿los paisajes? Por un momento pensaba encontrarme en un cuadro de Caspar David Friedrich. Tan románticos (en el sentido alemán por supuesto), tan hermosos, con esa luz del atardecer tan amarilla...
Vamos, que me ha encantado. Pero sabemos tan poco de Noruega...
Los tres días posteriores fueron de trabajo: reunión de consorcio en las oficinas de SINTEF en Trondheim y la Security Research Conference'09 en Estocolmo. Nada interesante que contar al respecto. Bueno, quizá ahora que Irlanda ha ratificado el Tratado de Lisboa, todo tenga un significado nuevo. Pero no quiero hablar de ello. En todo caso, mencionar que la cena de gala de la conferencia tuvo lugar en el edificio del ayuntamiento y que me hizo mucha ilusión. Fue muy especial.
Suecia ha disfrutado de días soleados. La temperatura también ha sido baja, pero la ausencia de lluvia ha sido agradable. Estocolmo es una ciudad preciosa, mi favorita después de Hamburg. Pero la tengo asociada a mis viajes de visita a Crisis y me habría gustado que ella estuviera conmigo para recordar aquellos días (¿recuerdas? Alvik Kristineberg, Thorildsplan, Fridhemsplan, St. Eriksplan, Odenplan, Rådmansgatan, Hötorget)
Debo recomendar encarecidamente el Rica Hotel de Slödjgatan: céntrico, muy acogedor, debido a que no mantiene totalmente el clásico diseño nórdico, buen buffet, y una cama mullidita. Fue un error trasladarme al Scandic de Bromma a pasar mis días vacaciones. El Scandic es buen hotel, pero en una comparación general el Rica es bastante mejor.
El jueves lo habría pasado sola de no ser porque el miércoles anterior me encontré a los chicos de Isdefe, Telvent y Everis en Gamla Stan. Nos fuimos a cenar alce y luego de copas. El chico de Everis se quedaba un día más en Estocolmo, así que quedamos al día siguiente para visitar juntos la ciudad. Esto, por supuesto, cambió todas mis ideas sobre el viaje. Por un lado, me alegro de haber tenido compañía, pero por otro habría preferido estar sola. Seguramente no habría entrado otra vez en el Museo Vasa y quizá hubiera bajado hasta Södermalm a pasear.
En realidad ha sido un viaje raro. Estaba bastante cansada y estresada antes de irme para allá, pero pensé que varios días fuera de mi entorno me ayudarían a desconectar. En parte ha sido así, pero no del todo. Y desde luego no me siento descansada. Lo peor vendrá mañana cuando abra el Inbox y eso que durante estos días he intentado seguir todos los temas que tengo pendientes. Bueno, de esto ya nos ocuparemos a su debido tiempo.