martes, enero 30, 2018

Rosario

Rosario era la segunda de las hermanas Contreras, la tercera de los 8 hermanos. Hoy ha fallecido a los 96 años de edad. Casi tan longeva como su hermana. Es curioso cuando las muertes de dos conocidos se producen tan próximamente. Yo no lo interpreto como una casualidad. Más bien suelo pensar que ambos sucesos están relacionados, aunque no de una forma evidente.

Rosario era "la solterona" de los hermanos. Creo recordar que decían que tuvo un novio, pero no llegó a prosperar. Se quedó al servicio de su hermano pequeño, el patriarca de la familia. Primero en el bar que regentaban, luego en la casa cuando él enviudó, quedando al cargo de su sobrino pequeño. Pero cuando se fue haciendo mayor y el Alzheimer entró en su vida, la llevaron a una residencia por la provincia de Toledo, y allí la dejaron. Es cierto que la visitaban de vez en cuando, pero es lo que pasa siempre: las visitas se van espaciando hasta hacerse esporádicas, y de ahí a reducirse a la nada. Supongo que en su estado, tampoco lo apreciaría mucho. Pero me causa tristeza porque en cierta forma me veo reflejada: la solterona a la que todo el mundo abandonará. Bueno, a la que todo el mundo ha abandonado ya.

No tengo excesivos recuerdos de mi tía Rosario. Cuanto más trato tuve con ella, yo era muy pequeña. De mayor apenas la vi, mucho menos desde que la ingresaron en la residencia. Pero tengo un recuerdo muy bonito con ella, de cuando operaron a mi abuelo del corazón. Crisis y yo no podíamos subir a la habitación a ver a mi abuelo porque éramos muy pequeñas, así que ella se quedaba cuidando de nosotras hasta que mis padres salían del hospital. Recuerdo que nos llevaba a un parque cercano a jugar, y que nos compraba galletas en la cafetería del hospital. Creo que también era un eneatipo 2, siempre al servicio de los demás. Sólo es una intuición.

Mañana la entierran y no podré asistir. Me habría gustado ir. A pesar de no tener ese trato, guardo cierto cariño por ella. Bueno, cuando acuda al cementerio le llevaré flores también. Lo bueno de este asunto es que su muerte va a permitir que mi abuela descanse junto a mi abuelo, que es lo que yo quería. Ya están todos juntos.

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