martes, enero 02, 2018

El Lago de los Cisnes


He empezado el año con algo bueno y otro no tan bueno. Lo malo es que mi abuela está ingresada otra vez, igual que en las vacaciones del año pasado, por una insuficiencia cardiorespiratoria y renal. Empezó a retener líquidos la semana previa a Año Nuevo, y ayer estaba tan fastidiada que hubo que llamar al médico de emergencia. Siempre tiene mal pronóstico por la edad que tiene, pero sigue teniendo mucha fuerza. Es impresionante la vitalidad que tiene.

Debido al cuadro, mi madre decidió que no vendría conmigo a ver "El Lago de los Cisnes". Estuve a punto de ir sola. Finalmente Crisis se unió, aunque no creo que fuera el plan que más le sedujera en su momento.

Ésta es la parte buena del día de ayer: poder ver el ballet que tenía tantas ganas de ver. Hacía muchísimo que no lo veía. Diría que unos 6-7 años aproximadamente, y curiosamente fue gracias a Crisis, que me regaló la entrada para que fuéramos juntas. Creo que hasta fuimos al mismo teatro, salvo que ahora tiene un nombre diferente.

Como ballet, creo que me gusta más "Giselle", porque fue el primero que vi en mi vida, y porque tiene un punto gótico interesante. Pero "El Lago de los Cisnes" tiene algo que no tiene "Giselle": la música de Tchaikovsky. Recuerdo que me enamoré de la música gracias a unos dibujos animados que relataban el cuento de hadas. Luego un compañero del colegio me dejó una cinta de su madre con la música del ballet, cinta que ponía una y otra vez sin parar. Más tarde me compraría un CD con la música de éste y del ballet "El Cascanueces", que guardo todavía, y que he escuchado innumerables veces. El tema que más me gusta es, sin duda, el leitmotiv de la obra, que siempre me ha emocionado muchísimo. No sé, me eleva y me hace vibrar el pecho. Es una pieza muy hermosa (para mi gusto).

El ballet lo recordaba muy difuso de la última vez, aunque sí recordaba el argumento de la historia: el amor de Sigfrido y la hechizada Odette, el cisne blanco. Crisis me preguntó a mitad de la obra: "Esto va a acabar mal, ¿no?". Y yo le dije que no. Y fue cierto. Pero parece ser que hay varios finales alternativos diferentes a lo que vimos anoche. Yo siempre he visto un final feliz.

En mi cabeza tenía la idea el baile en solitario del cisne negro. Pero resultó que lo que vi no se parecía en nada a lo que recordaba. Fue muy bonito, pero yo en mi mente era mucho más espectacular. Eso me chafó un poco. Por lo demás, el ballet es maravilloso, con unas formaciones de cisnes impresionantes. Qué estoicas son las bailarinas, porque yo pensaba lo mucho que tiene que doler muscularmente hacer todo eso. Son preciosas, etéreas, gráciles, elegantes, delicadas, como plumas en el aire, como si no tocasen el suelo. Son lo más parecido a los elfos que debe existir en la tierra. Qué belleza. Un poco de envidia sí me dan, salvo que yo jamás he sido tan grácil, ni creo que hubiese podido sorportar semejante disciplina.

Los chicos, los pobres, no se lucen mucho. Sigfrido un poco más, por eso de que es el príncipe, y también es vistoso el arlequín del palacio. Los demás...bueno, es que no es comparable. O no me lo parece a mí, porque solamente puedo fijarme en ellas y en sus movimientos armoniosos y perfectos. Ellos "simplemente" las acompañan en las partes en las que aparecen representados. Eso sí, hay que tener fuerza para elevarlas tan alto y por tanto tiempo.

La protagonista es la bailarina que hace el doble papel de Odette y Odile (el cisne negro). Una técnica impresionante, un físico impresionante. A mí me gusta más el cisne negro porque me parece más interesante. Odette resulta un tanto lánguida en comparación a la energía de Odile. ¿Por qué la bondad la representan siempre tan sosa? Aunque en realidad no sabemos cuán buena es Odette. Se supone porque es blanca. Sólo sabemos que está hechizada. Y seguramente sea guapa, dada la lucha entre Sigfrido y el rey brujo. A fin de cuentas, es un cuento antiguo donde las mujeres sólo valían por su belleza.

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