Día 1. Tras el agotador lunes, decido despertar tarde y darme el gusto de no madrugar demasiado. Me levanto a las 8 y empiezo a preparar la maleta. A las 11:30 me recoge el taxi, así que no tengo demasiado tiempo, teniendo en cuenta además que me voy a despistar mucho con las redes sociales. Desgana máxima.
Llego al aeropuerto y no funciona la app para pagar al taxista. Pago en efectivo, pero no voy a poder puntuarlo, lo cual sé que le va a bajar la calificación. Me da pena el chaval, sobre todo porque me he desahogado con él contándole lo poco que me motiva este viaje. Me recuerdo a mi madre (nooooo).
Jolanda me escribe para desearme buen vuelo. Ella y Manca están ya en Bled y se han ido a hacer senderismo. Encima me mandan fotos con las vistas del lago. La madre que las parió.
Me siento en el avión y caigo dormida inmediatamente. Me despierto para la comida. Me encanta Lufthansa. Aunque creo que los servicios son cada vez más pequeños.
Aterrizo en Frankfurt. Tengo como unas 3 horas por delante hasta el siguiente vuelo. Me pongo a trabajar y a chatear con mi ex jefe. El aeropuerto está muy bien equipado: tienen zonas de trabajo, de relax, de juego...Cuando decía que el aeropuerto de FRK era un coñazo, me refería a la terminal 2, que es a la que siempre he ido. La T1 es inmensa y está llena de recovecos.
Decido que voy a merendar, no sea cosa que no me avituallen en el siguiente avión, ya que lo opera Adria. Tras escandalizarme por los precios de las foccacias, me pido un súper perrito que cuesta 3.10€. Me lo lleno de cebolla frita, kétchup y mostaza. Está rico y llena.
Me cuesta encontrar mi puerta, porque el aeropuerto parece un laberinto. También porque mi vuelo no aparece en todas las pantallas, y eso me mosquea.
Subo al avión y sesteo un poco. Lloro también un poco, pero nadie se da cuenta.
Al llegar a Ljubljana, mis compañeros me están esperando. Somos como las familias reales: cada uno en un avión distinto. Es más un tema de costes que otra cosa.
Svetla llega antes de lo previsto. Ya estamos todos. Nos vamos al shuttle que había reservado Elena. Se me pasa el tiempo hablando con Svetla, o Bled está más cerca de lo que creía.
Llegamos al hotel a las 23h. El chico de la recepción nos dice que NO tenemos habitaciones reservadas para esta noche. Ay, Dios. Ha habido un error en la reserva y nuestras habitaciones son para entrar al día siguiente. Nuria empieza a fibrilar. Svetla ofrece su habitación para uno de nosotros, que Nuria se apresura a aceptar. Alguien del proyecto ha fallado, con lo que podría haber una habitación disponible. Podrían compartirla dos. Faltaría uno por acomodar. Yo estoy tan cansada que hasta pienso que podría dormir en uno de los sillones de la recepción. Pero gracias a Dios, el chico de la recepción nos encuentra habitaciones para todos.
Llego a la habitación y la mitad de las luces no funcionan. Da igual. Me voy a apañar así. Me lavo los dientes, programo la alarma y me voy a dormir.
Día 2. Día de Rehearsal. De 9:00-19:00 para poder simular los dos días de la review oficial. Intensísimo, vamos.
Me levanto, hago mi meditación, mi anclaje, y abro mis registros. La pequeña señora me acompaña. Me da calma tenerla conmigo. He llorado un poco, lo suficiente para poder descargarme y poder empezar el día, que va a ser muy duro.
¿Cuántas presentaciones y demos hemos visto hoy? Ni sé. Como unas diez. Me toca abril y cerrar la sesión. Mañana será igual. No me importa abrir, lo prefiero de hecho. Pero cerrar...No se me dan bien los finales, pero parece que siempre me toca cerrar a mí. Ya me pasaba cuando hacía exploitation también. Lo único bueno es que la última presentación será tarde y todo el mundo estará cansado. Y cuando vean los números, se aburrirán. Eso espero.
Llevo todo el día en un pienso. Hay café y comida en cada descanso, y no son pocos. He roto mi norma de no tomar nada en las pausas, pero me ha venido bien para la última presentación. Me siento un poco rara en general. No sé si es estrés, tensión emocional, o estoy incubando algo. A mitad de la tarde casi me quedo dormida. Se nota la diferencia de longitud (más que la latitud). Las cuatro de la tarde parecen las siete. Qué sopor.
Cierro la sesión con mi presentación de management. Estoy un poco embotada. Media hora de descanso y bajo a reunirme con el grupo para ir a cenar. No voy a poder ver la luna llena de hoy. Luna azul. Luna de sangre. En youtube están emitiendo en directo. Una super luna roja. Me encanta. Lástima de nubes también. Mañana prometen lluvia todo el día.
Pensaba que nos llevarían a cenar al castillo de Bled, pero nos llevan a un hotel con vistas al lago, solo que es de noche y no se ve demasiado. Cocina tradicional eslovena. Tomo el menú de pescado que está bastante rico.
Es una noche para despedirnos, para agradecer, y para recordar. Voy a echar de menos al consorcio, me encantan como socios. Svetla parece que me va a echar muchísimo de menos.
Llegamos al hotel. Jolanda quería tomarse unas copas más, pero tengo que cambiar mi presentación de management. Me gustaría pasarla también otra vez, porque se me olvidan datos, pero tendrá que ser mañana. No puedo controlarlo todo, supongo. No me da tiempo a terminar todos los aspectos que quería cerrar. Tengo que dormir un poco.
Día 3. Primer día de la final review. Impone mucho, "final review". Es la conclusión de muchas cosas, la última posta del proyecto. Creo que todos hemos dormido inquietos. Yo he tenido sueños raros, no relacionados con la review en sí, pero agitados.
Me levanto un poco intranquila. No exageradamente, pero intranquila. Mi inseguridad está al acecho, esperando un resquicio por el que expresarse. Y estoy cansada.
Me levanto a procesar las presentaciones del consorcio. No me da tiempo a mucho más. Hoy no hay meditación y abro los registros sin anclaje, toma ya.
Desayuno fuerte y nos vamos a pasear. Jarrea que da gusto, pero vamos a salir de todas formas. Subimos al castillo finalmente y nos acercamos a ver el lago y la isla. Son vistas bonitas. Con tanta nube recuerda a las estampas románticas de Caspar Friedrich. Esto solamente puede evocar melancolía. Pero con las endorfinas del paseo, no creo que vaya a llorar. Y menos en público.
En el camino nos encontramos al reviewer alemán, que también está turisteando a pesar de la lluvia. Es genial que los hoteles presten paraguas.
El PO viene con retraso por culpa de su avión. Temo que se vaya a retrasar toda la sesión. Me digo que tengo que ahorrar tiempo.
Pasamos a una tienda de souvenirs antes de llegar al hotel y darnos una ducha.
Comienza la review. Empiezo yo, luego Jolanda, luego Juan, luego Abdel. Todas bastante bien. Perfect timing. No es mi mejor actuación, pero soy capaz de responder preguntas con cierta habilidad.
Abdel ha sufrido el efecto demo, pero ha salvado la situación bien. Es gracioso. Pareciera que se hubiese fumado un porro antes dede la review.
Jolanda explica fenomenal. Qué buena es. Quiero ser como ella.
Juan simplemente es una máquina. Qué capacidad mental tiene. Es impresionante. Tenerlo como technical coordinator es una garantía.
Toca el turno de Griet. Buena presentación (como siempre), pero, como esperábamos, la reviewer legal hace los comentarios de marras, que implican más trabajo para el consorcio. A ver qué recomendación nos ponen.
Turno de Elena, que no defiende bien las preguntas. Intentamos ayudar, pero no sé si sale bien.
Cierro yo la sesión con esfuerzos y costes. Estoy más entonadazasca y hasta me permi zasca al PO. Creo que no le gustado mucho, pero tenía que hacerlo. Aunque parece que hay buen rollo, no me quedo muy tranquila.
Pasados los nervios me da un poco el bajoncillo. Sigo cansada, aunque aliviada. Sé que es patético, pero ahora hago five—highs conmigo misma. No tengo a nadie más con quien compartir mis «logros». Me siento sola.
Alguien propone ir a cenar a un restaurante local de comida típica eslovena y musica Schläger.Vamos todos, menos Alberto, Nuria, y los de COSIC. Es una cena bastante agradable, pero algunos estamos cansados.
Hago el check-in del avión y me voy a dormir.
Día 4. Nieva. Nieva mucho. Todo está cuajado abundantemente. Hay unas vistas preciosas desde el hotel. Quién iba a decirlo con lo mucho que llovía ayer. Hay temor de no poder salir de Eslovenia. A mí no me importa quedarme, no tengo nada mejor que hacer este fin de semana.
En el desayuno encuentro otra vez al equipo de biatlon de Bielorusia. Deben pasar los días entre el entrenamiento y el Spa,y van siempre en shorts, como si estuviesen en su casa. A lo mejor he conocido a un futuro campeón olímpico.
Comienza el último día de review.
Me distraigo con lo que sucede fuera de la sala: un hombre quitando la nieve con una pala, un hombre paseado con su pastor alemán, ver cómo giran las ruedas cadenadas de una furgoneta...No es mi mejor review. Me falta chispa. Estoy un poco apagada, muy cansada. Menos mal que el consorcio ayuda.
Recibo su llamada, que no llega a producirse. Me habría gustado oír su voz.
La review progresa bien, aunque algunos comentarios parecen exigentes. Sin embargo, la deliberación es muy positiva. Hemos pasado la review! Quedan los flecos, en los que trabajearemos hasta finales de febrero, pero éste es un paso importante.
Recibo con cierta vergüenza los cumplidos de mis socios sobre mi trabajo. Lo que más me enorgullece es haber conseguido unir al consorcio. No somos un cluster, somos un equipo.
Nos vamos corriendo al aeropuerto. Voy a echar a todos de menos.
Posiblemente éste haya sido mi último proyecto como coordinadora. Ahora me centraré más en los temas de la PPM. A pesar de los sinsabores que puede suponer el rol de jefe, de proyecto, una parte de mí va a echar se menos esto. Viajar u conocer gente lo que más. Quizás como jefa de la PPM pueda permitirme escoger algún proyecto de vez en cuando, aunque no en el corto plazo. Siempre puedo dimitir y volver a retomar este rol. Ya veremos.