jueves, enero 18, 2018

Cinco embriones


Cinco embriones surgieron del proceso y ninguno de ellos prosperó.

El primero fue el más traumático, el que la enfrentaría al futuro, la incertidumbre, sus creencias limitantes, su moral, su confianza en sí misma y en su capacidad. Dio mucho miedo y fue en sí mismo un ejercicio de autoconocimiento brutal.
Aun siendo el más prometedor, de alguna forma, este embrión estaba destinado a fracasar por toda la presión que se le vino encima. Además, ella aún soñaba con bebés de pelo castaño y ojos verdes.
Ella supo exactamente cuándo el embrión abandonó su cuerpo. Lo vio irse por el sumidero una mañana a los pocos días de la transferencia.

El segundo y el tercero pasaron un proceso más normalizado. Las dudas y los miedos persistían, pero no eran comparables a las del primero. Podrían haber salido con éxito, pero tampoco cuajaron. Causas desconocidas.

El cuarto no sobrevivió a la descriogenización, y hubo que despertar al quinto.

El quinto fue el más doloroso emocionalmente, porque fue el tercer revés consecutivo en menos de un mes. Quizás los dos primeros fueron lo que precipitaron éste. Nunca se confirmará.

Cinco intentos, cinco fracasos. Ahora queda la duda: volver a intentarlo (pasar por todo el proceso nuevamente, con lo que económica, moral, y emocionalmente significa) o desistir. ¿Cuántas veces son necesarias para una fatalista saber cuándo algo es imposible? ¿Cuándo dejar de luchar? ¿Cómo se acepta algo así?

Lo que sí es cierto es el dolor por la pérdida. En cierta manera, esos eran sus hijos no natos. Seguramente les escribirá una carta de despedida, para que se vayan tranquilos. Y llorará mucho por ellos, por lo que pudo ser y no fue, por los futuros muertos.

Lo que permanece es más desvalorización (sumada a la ya existente), el imaginarse como una reina Midas de la muerte: todo lo que toca se estropea y muere. Yerma y estéril. Buena para nada. Buena para nadie.

1 comentario:

Crisis@Madrid dijo...

Lo siento.

Y quítate de la cabeza las frasecitas de "Buena para nada. Buena para nadie". Mírate en un espejo y quiérete. Te quiero. Aquí estoy.

Bss