"Yes is the word to everything
To liberty, to sweetness, to peace and construction
Move with the stars, with the wave and with us
Dance to the thunder beats, feel it all around
Jupiterian vibe"
("Jupiterian Vibe". Samael)
Ayer traté con Paz mi numerología. Ella usa la numerología calabística base 22, y con ello aparecen una serie de conceptos asociados con la vibración de la persona: la personalidad básica, la personalidad profunda ,el pilar profesional, el nudo emocional, la resistencia, el freno, el disparador emocional, la búsqueda de la armonía, etc. Es complejillo y desconozco por completo la metodología. Me dijo muchas cosas, de las cuales ya he olvidado bastante, y ni siquiera grabé la sesión para recordarlas. Sé, sin embargo, en mi forma de hemisferio derecho predominante, que la mayoría de las cosas me cuadraba bastante bien. De hecho, me quedé pensando que en el fondo tengo una vibración bastante jupiteriana (como la canción de "Samael"), cuando yo siempre me he considerado neptuniana. Me hace sospechar que mi sombra dorada es mayor de lo que me he permito creer. Aunque ahí precisamente radican mis lecciones de esta vida.
Júpiter, el gran dispositor. El rey de los dioses. Ahora en su domicilio. Me lo estoy imaginando expresándose en Sagitario diciendo: "Soy el puto amo". A mí me va a caer en la casa VIII. Con suerte me toca la lotería y me dedico a lo que mi alma me pide: viajar. Ahora mismo cualquier posibilidad me dispara, y sin embargo me siento atrapada físicamente. Hay otras formas de viajar. Explorar el propio Inconsciente es otra forma de aventura, aunque no sea agradable.
La casa VIII también es el área de la transformación, algo que ya está sucediendo. Paz me dijo que estoy en un año 7, lo que implica un cierre. Me quedan unos cuatro meses. Me siento en un proceso de renacimiento total. Es como estar enterrada en la tierra esperando a germinar. Es doloroso. Es lo que tocaba. También fueron años 7: 1982, 1991, 2000, y 2009, pero no tengo recuerdos concretos de algo tan intenso como 2018. Tendré que revisar fotos de aquellos años para tratar de recordar. También serán años 7: 2027, 2036, 2045, 2054, 2063, 2072 (siendo muy optimista), es decir, me quedan 6 etapas. Me consuela que Paz dijera que el año 8 es un año de poder y materialización. Ojalá. Me merezco un poco de buena fortuna y alegría para variar. Me merezco que las cosas salgan bien a mi favor. Me merezco que la vida me sonría. Me merezco sentirme como Júpiter en Sagitario.
De momento tengo que hacer el trabajo de cierre y de renacimiento. Hay que limpiar mucha mierda. Estamos de limpieza en el desván.
To liberty, to sweetness, to peace and construction
Move with the stars, with the wave and with us
Dance to the thunder beats, feel it all around
Jupiterian vibe"
("Jupiterian Vibe". Samael)
Ayer traté con Paz mi numerología. Ella usa la numerología calabística base 22, y con ello aparecen una serie de conceptos asociados con la vibración de la persona: la personalidad básica, la personalidad profunda ,el pilar profesional, el nudo emocional, la resistencia, el freno, el disparador emocional, la búsqueda de la armonía, etc. Es complejillo y desconozco por completo la metodología. Me dijo muchas cosas, de las cuales ya he olvidado bastante, y ni siquiera grabé la sesión para recordarlas. Sé, sin embargo, en mi forma de hemisferio derecho predominante, que la mayoría de las cosas me cuadraba bastante bien. De hecho, me quedé pensando que en el fondo tengo una vibración bastante jupiteriana (como la canción de "Samael"), cuando yo siempre me he considerado neptuniana. Me hace sospechar que mi sombra dorada es mayor de lo que me he permito creer. Aunque ahí precisamente radican mis lecciones de esta vida.
Júpiter, el gran dispositor. El rey de los dioses. Ahora en su domicilio. Me lo estoy imaginando expresándose en Sagitario diciendo: "Soy el puto amo". A mí me va a caer en la casa VIII. Con suerte me toca la lotería y me dedico a lo que mi alma me pide: viajar. Ahora mismo cualquier posibilidad me dispara, y sin embargo me siento atrapada físicamente. Hay otras formas de viajar. Explorar el propio Inconsciente es otra forma de aventura, aunque no sea agradable.
La casa VIII también es el área de la transformación, algo que ya está sucediendo. Paz me dijo que estoy en un año 7, lo que implica un cierre. Me quedan unos cuatro meses. Me siento en un proceso de renacimiento total. Es como estar enterrada en la tierra esperando a germinar. Es doloroso. Es lo que tocaba. También fueron años 7: 1982, 1991, 2000, y 2009, pero no tengo recuerdos concretos de algo tan intenso como 2018. Tendré que revisar fotos de aquellos años para tratar de recordar. También serán años 7: 2027, 2036, 2045, 2054, 2063, 2072 (siendo muy optimista), es decir, me quedan 6 etapas. Me consuela que Paz dijera que el año 8 es un año de poder y materialización. Ojalá. Me merezco un poco de buena fortuna y alegría para variar. Me merezco que las cosas salgan bien a mi favor. Me merezco que la vida me sonría. Me merezco sentirme como Júpiter en Sagitario.
De momento tengo que hacer el trabajo de cierre y de renacimiento. Hay que limpiar mucha mierda. Estamos de limpieza en el desván.
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